En las postrimerías de la última dictadura militar (1976-1983), luego de largos años de espera, las autoridades de facto encabezaron los actos de inauguración la construcción del puerto de ultramar en San Antonio Este.
El 3 de febrero de 1983, el arribo del pequeño buque “ARA Sobral”, que el año anterior había estado en la gesta de las Islas Malvinas, fue la primera embarcación que atracó en el puerto de aguas profundas, a 60 kilómetros al este de San Antonio Oeste, con esto se realizaba la inauguración oficial de la magna obra.
La construcción final constituyó un muelle principal, con dos frentes de atraque para carga general, de 200 metros de largo por 30 de ancho; un muelle pesquero de 45 por 16 metros y un viaducto de acceso con una longitud de 290 por 12 metros de amplitud.
Además, otras obras de menor escala, costeadas enteramente por la provincia, como el sistema para la provisión de agua, la reparación del camino de acceso, una sala de primeros auxilios, sanitarios y una playa de estacionamiento, entre otros.
La estructura del puerto se construyó sobre pilotes rellenos de hormigón, de 1,8 metros de diámetro por 50 de largo, clavados hasta 37 metros en el lecho del mar. Mientras que la calzada de ambos muelles se conformó con vigas pretensadas y premoldeadas, colocadas sobre las vigas cabezales y terminadas con pavimento asfáltico de 12 centímetros de espesor.
“Obras como el puerto de San Antonio justifican los sacrificios, sinsabores y luchas que transcurren en el andar del tiempo. Estos avatares, por lo general no se miden cuando se arriba a finales felices como el que estamos viviendo… Las obras del hombre tienen esas características. Son extensas y difíciles pero el final es gratificante. La provincia de Río Negro y San Antonio tienen su puerto. Lo demás ya es historia”, fueron algunas de las palabras del intendente Celso Rubén Breciano publicadas en el matutino Río Negro.
La profundidad de la zona marítima del puerto es de 12 metros (40 pies) en su exterior y de 10 metros (33 pies) en su interior, lo que desde entonces permitió operar a buques de carga de gran porte, lanchas pesqueras, barcos pesqueros de media altura e inclusive barcos factorías o pesqueros factorías de gran envergadura, de hasta 200 metros de eslora y 25 mil toneladas.
“El puerto de San Antonio constituye, en definitiva, un elemento fundamental para el futuro de Río Negro por su condición de factor aglutinante de los intereses de las regiones productivas –el Alto Valle, los Valles Medio e Inferior, la Zona Andina y la Línea Sur– integrándolos y conciliándolos con miras al interés superior del incremento de las exportaciones provinciales y, consecuentemente, del ingreso de divisas para el país”, publicaba por su parte en el mismo diario el gobernador provincial, Carlos Fernando San Juan.
La construcción del puerto de aguas profundas fue uno de los anhelos del primer gobernador constitucional de Río Negro, Edgardo Castello, que encomendó a la consultora Sogreha la realización de los primeros estudios de factibilidad. Hubo una serie de postergaciones, vinculadas parcialmente a la interrupción de los procesos institucionales y finalmente las obras se iniciaron en 1977 y culminaron a fines de 1982, durante el gobierno militar.
Entre 1983 y 1997 las operaciones portuarias estuvieron administradas en forma directa por la provincia, pero hacia fines de 1996 la administración del gobernador Pablo Verani llamó a licitación pública de adjudicación, en la que resultó beneficiada Patagonia Norte que comenzó sus operaciones en 1998 hasta la fecha. (fotos gentileza Adrián Osovnikar)
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