Veronica Bizai una joven, madre, trabajadora. No sospechó que podrían tener cáncer de mama a su edad. Pero al recibir el diagnóstico, descubrió su fuerza extraordinaria para pelear contra la enfermedad. Aquí su relato:
“Hola, quería contarles que el 5 de febrero de 2020 me detectaron cáncer de mama en un control de rutina. Todos los años me realizaba los controles, pero éste me sorprendió y mucho. Tanto que cuando me lo dijo la Dra. no entendí bien todo lo que tenía que hacer. Me sugirió que hablara con mi ginecólogo, para que me pida realizar una biopsia”.
“El shock fue fuerte y la verdad no sé cómo llegué a mi casa. Hablo con mi esposo y también no había entendido bien lo que le adelanté por teléfono. Llamé a mi ginecólogo y me pidió que vayamos a pedir un turno para el estudio. Javier, con las indicaciones de mi médico, me hizo la orden, ese mismo día pude hacerme la biopsia, (esto realmente fue algo rápido ya que se canceló un turno en el momento que fui a pedirlo y como estaba ahí me lo dieron a mi). A los 10 días me confirmaron que me tenía que operar”.
“El 18 de febrero viajamos a Buenos Aires para consultar con dos mastólogos. Me operaron el día 21 y el 23 ya estaba en San Antonio Oeste. La operación fue exitosa y no tuve compromiso glandular de acuerdo a la biopsia que se hace del ganglio centinela. Al mes de la cirugía como tratamiento preventivo tenía que hacer radioterapia pero por la pandemia se postergó alrededor de 7 meses. Estuve un mes en Bariloche ya que en mi localidad no hay este tipo de tratamientos”.
“Actualmente me encuentro bien. Con tratamiento con medicación por 5 años y controles cada 6 meses. Desde lo emocional, fue un impacto muy grande y al principio no entendía nada. Sentí por momentos, ¿cómo a mí? ¿Por qué a mí? Si yo soy joven (45 años) con esa falsa creencia que el cáncer es sólo para personas mayores. Después entendí y la pregunta cambió y ¿a mí por qué no? Una vez operada, fue fuerte encontrarme con dolor e imposibilitada de hacer todo lo que normalmente hacía. Llegó la pandemia y todo se frenó, incluido mi proceso que lo tapé con las actividades dentro de la casa y el acompañamiento de los chicos en sus actividades”.
“En octubre del 2020 sentí la necesidad de hablar y contar lo que me había pasado. No ya desde el dolor sino desde lo que uno aprende y puede servir de ayuda a otros. Conté públicamente mi experiencia y desde que lo hablé mi proceso se transformó en fuerza, energía y ganas de contar para ayudar a otros. En noviembre completé mi tratamiento de radioterapia y actualmente soy parte de un grupo de mujeres que remamos como actividad terapéutica”.
“Nuestro grupo se llama Aiun Kawen que en mapuche significa remar con alegría. Somos parte de un mapa de Argentina Rosa que cuenta con más de 20 equipos que reman en bote dragón y otras embarcaciones. Nos une las ganas de compartir nuestras experiencias, disfrutar de la naturaleza, realizar una actividad deportiva y además realizar campañas de prevención. Les cuento esto para que tengan en cuenta la importancia de realizarse los controles. Lo mío fue un hallazgo ya que no tenía ninguna molestia. Fue muy a tiempo y eso fue gracias a la prevención. No postergues los controles. No te postergues. Un gran abrazo”.
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