Dos jóvenes de la localidad participaron recientemente de programas de intercambio cultural impulsados por el Rotary Club Golfo San Matías, y compartieron sus vivencias en Austria y Finlandia. Ambos destacaron el aprendizaje académico, las diferencias culturales y la importancia de animarse a vivir una experiencia transformadora en el exterior.
Un año en Austria: la experiencia de Nicolás Veratti
Nicolás Veratti, de 18 años, viajó a Austria en un programa largo de once meses. “Me fui un año de intercambio. Es un intercambio cultural que realicé con Rotary y la pasé hermoso. Nos vamos a mediados de agosto y volvemos a fines de junio”, relató.
El joven se mostró sorprendido por el país europeo: “La gente, la cultura, la educación, todo me sorprendió para bien. El país es muy hermoso porque hay mucho terreno montañoso, muchos lagos. Es todo verde por doquier. Literalmente, si viajás 20 kilómetros por ruta, pasás por dos lagos”.
Sobre la adaptación, admitió que el idioma fue el primer gran desafío: “Lo único que sabía de Austria era que se hablaba alemán. Al principio me costó mucho, porque es súper cerrado. Pero después de dos o tres meses ya me acostumbré. Con mi familia empezamos a hablar solo en alemán”.
En cuanto a la educación, señaló que es mucho más estructurada que en Argentina. “Siempre que se va a la escuela, se va a estudiar. Son muy puntuales. A las 9 de la noche ya están en la cama. Al principio me costó adaptarme, porque acá nos acostamos a cualquier hora, pero después me adapté”, explicó.
El sistema educativo austríaco lo sorprendió por su diversidad: “En la ciudad donde estuve había cinco escuelas distintas con diferentes orientaciones: técnicas, económicas, sociales. A mí me tocó una escuela de idiomas, donde se podían aprender hasta cinco lenguas: inglés, italiano, francés y también español, que era opcional”.
Además, destacó el lugar del deporte en la vida cotidiana: “Los jóvenes son muy deportistas, juegan al fútbol, al vóley, y le dan mucha importancia a la actividad física”.
Consultado sobre si recomendaría la experiencia, no dudó: “100%. Yo quiero volver con mi familia para que vean todo lo que viví. Extrañé a mi familia y a mis amigos, pero me sentí siempre bien recibido. Es una experiencia única”.
Finlandia en dos meses: el intercambio de Jazmín Massolini
Por su parte, Jazmín Massolini eligió un intercambio corto y vivió durante dos meses en Finlandia, en la ciudad de Tampere, cercana a la capital Helsinski.
“Me dieron las dos opciones, el intercambio largo y el corto. Al principio pensé en el largo, pero después decidí que iba a extrañar un poco a mi familia. Igual, en realidad, no te das cuenta que extrañás porque hacés tantas cosas que el tiempo se pasa rápido”, explicó.
La joven confesó que la experiencia superó sus expectativas: “Me quedé con ganas de hacer el intercambio largo, pero no cambio el corto porque fue hermoso. La familia que me recibió fue increíble. Hicimos una conexión de verdad. Yo las amo y pienso volver”.
Uno de los aspectos que más le llamó la atención fue la forma de relacionarse de los finlandeses: “No son cerrados, pero no demuestran mucho su cariño. Nosotros somos de abrazarnos todo el tiempo, y ellos no tanto. Al principio fue un shock, pero después me acostumbré. Igual, yo les implementé los abrazos”, contó entre risas.
Sobre la educación, resaltó la libertad que tienen los estudiantes: “Es muy buena. Todos tienen un nivel de inglés muy elevado. Lo bueno es que podés elegir las materias. Hay algunas obligatorias, pero después elegís. Si te gusta música, podés estudiar música; si no te interesa ciudadanía, no la hacés. Eso te da ganas de ir a la escuela”.
A nivel personal, aseguró que el intercambio le dejó grandes aprendizajes: “No sé si me volví más estructurada, pero sí me abrió la cabeza. Dejé de preocuparme por muchas cosas y me abrí más. Fue una experiencia inolvidable, jamás me la voy a olvidar”.
Por último, animó a otros jóvenes a sumarse: “Rotary siempre está ahí por cualquier problema. Te sentís protegido y acompañado. Yo lo recomiendo 100%. Sin dudas voy a volver, porque Finlandia es muy hermoso”.
Una invitación a nuevas experiencias
Tanto Veratti como Massolini coincidieron en que el intercambio cultural es una oportunidad única para crecer, conocer otras realidades y descubrirse a uno mismo. Desde el Rotary Club Golfo San Matías destacaron que el programa sigue abierto a jóvenes que quieran vivir experiencias similares en distintos países del mundo. (colaboró Patricia Ferman)


