La reconocida escultora sanantoniense, Lidia Rosana Gómez, fue parte de un prestigioso concurso internacional de esculturas que tuvo lugar en Uruguay, en el marco de la 7° Fiesta Nacional de la Agricultura, celebrada del 12 al 15 de septiembre en la ciudad de Carmelo, famosa por su tradición vitivinícola.
Gómez, única representante argentina en el evento, talló en vivo una obra inspirada en el mundo del vino. Su escultura, titulada «El Néctar de los Dioses», representaba una botella de vino rodeada por ramas de vid y racimos de uvas, elementos que resaltan la riqueza cultural de Carmelo, conocida como “la ciudad del vino”. La obra será exhibida en alguna de las bodegas locales, consolidando su vínculo con la región.
«Fue una gran oportunidad y experiencia que me permitió conocer a maestros de la escultura, compartir y aprender de ellos», comentó Gómez. Además, expresó con orgullo el haber sido la única representante de la Patagonia, destacando el esfuerzo que implicó recorrer cientos de kilómetros desde el sur de Argentina. También se refirió a su rol como embajadora de la costa rionegrina, no solo a través del arte y la cultura, sino también promocionando el turismo y las maravillas naturales de la región, como el extenso mar argentino.
En el concurso participaron 14 escultores, entre ellos las uruguayas Lucía Meyer y Shirley Labitola, y tres destacados artistas argentinos: Darío Klher, director del Museo Perloti de Buenos Aires; Xavier Fontenla, jefe del taller de Escultura del Teatro Colón; y Jorge Wohlert, escultor y docente.
Tras su participación en Uruguay, Gómez regresa a la Patagonia con nuevos proyectos en mente. Uno de sus sueños más ambiciosos es la creación del primer Museo Escultórico Subacuático del Océano Atlántico, un espacio que, además de exponer arte bajo el agua, funcionará como un arrecife de coral artificial para albergar la vida marina.
Este innovador proyecto tiene como antecedente la escultura de la Virgen Stella Maris, patrona del mar, que Gómez creó y sumergió hace siete años en las aguas de Las Grutas, convirtiéndose en un símbolo de protección para los pescadores y todos aquellos vinculados al mar. «Es la imagen religiosa que cuida a nuestros pescadores, a toda la gente del mar», explicó la artista.
Con su participación en este evento, Lidia Gómez sigue dejando su marca no solo en la escena artística, sino también como representante cultural y promotora del patrimonio natural y cultural de la Patagonia.