La exigencia del «Vapor Columbus» que dio origen al muelle de San Antonio Oeste





HISTORIAS SANANTONIENSES. Corría el año 1905, año de la fundación de la localidad sanantoniense, los primeros días del mes de noviembre, arribaba el vapor de 800 toneladas “Columbus” es el primero en atracar en “la caleta del oeste”, transportando materiales y carga para Sassemberg y Cía.


Con la audacia de un pionero indiscutido, Juan F. Sassemberg buscó y encontró el lugar más apropiado para edificar su empresa frente a la caleta del Oeste.

No sé sabe cuándo ni en qué plazo, pero en sus planes originales también debió prever una la realización de un muelle, el primero de un puerto único y pujante al que pudieran arribar las más grandes embarcaciones.

Hacia noviembre de 1905 si bien ni siquiera el principio de un muelle había sido construido, la firma comercial recibió a su primer huésped de envergadura.

Esa embarcación que se animó a la marea de la caleta fue el vapor “Columbus”, propiedad de la compañía Delfino Hnos. De contundentes 800 toneladas de peso y al mando del capitán Brendedick, la nave llegó con unas 320 toneladas de materiales y mercaderías para la firma Sassemberg, además de unas cuantas cargas más.

Aunque su internación en estas aguas no conoció mayores imprevistos merced a una doméstica pero efectiva señalización, el inconveniente surgió cuando el “Columbus” requirió ser amarrado.

Ante la inexistencia de un muelle, la nave quedó sobre unos fuertes “muertos” que habían sido dispuestos para tal fin. Pero éstos no aguantaron, cedieron y el “Columbus” amaneció sobre la barranca de la caleta, peligrosamente inclinado y con graves probabilidades de tumbarse por completo.

Afortunadamente el barco tenía la quilla reforzada con aletas laterales. Entonces, un operativo de rescate le permitió sobreponerse. Para ello fue necesario vaciar los tanques de agua de un lado y llenar los del opuesto de la nave y, de forma extraordinaria, colgar el velero “No Hay” –el mismo bote que meses atrás habían traído al Oeste a los primeros pobladores–, para hacer el contrapeso suficiente.

Luego de las horas de zozobra, el capitán Brendedick, fue enérgico y categórico en su determinación: si la casa Sassemberg no construía un muelle como era debido, su “Columbus” no volvería nunca más.

Cuentan los testimonios históricos que apenas zarpó la embarcación, la casa Sassemberg dio órdenes a la firma Wright, en Buenos Aires, para que se encargue de la construcción del atracadero.

Poco tiempo después se inauguraba el primer muelle en la caleta del Oeste, justo frente adonde años después estaría el galpón de cargas del ferrocarril.

San Antonio Oeste homenajeó este hito histórico, nombrando «Vapor Columbus» a una de sus calles, en el barrio El Progreso.

InformativoHoy / Referencias escritos de: H. Izco – R. Lefevre – J. C. Irizar

Foto arriba: según detalla Adrián Osovnikar, el vapor Columbus naufragó en un 23 de enero de 1926 en el Mar del Norte frente a Dinamarca (la imagen es cuando había llegado a las Islas Malvinas).

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