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La mentira es violencia institucional (carta de lectores)

La mentira en la que estamos inmersos los habitantes de Las Grutas, de San Antonio Oeste y el Puerto del Este es violencia institucional señores.

Mentira ejercida por la autoridades del gobierno municipal del Intendente Adrián Casadei y la Presidenta del Concejo Deliberante Alicia Pauget, al sostener desde hace meses que la temporada estival no se abriría en las condiciones sanitarias desastrosas en las que nos encontramos en la Zona.

Quien miente desde una posición de poder ejerce una forma sutil y soterrada de violencia. Violenta la verdad, violenta la dignidad de sus oyentes, violenta la confianza. Y cuando la semilla de la violencia cae en tierra fértil (como la credulidad, la obsecuencia, la conveniencia, el oportunismo, la necedad, el fanatismo, la ignorancia, la pereza mental, el simple desconocimiento o también la buena fe del oyente) germina en frutos tóxicos y peligrosos. Así ocurre con el poder de padres sobre hijos, de jefes sobre subordinados, de fuertes sobre débiles, de expertos sobre inexpertos, DE GOBERNANTES SOBRE GOBERNADOS.

La mentira tuerce, oculta, deforma, deshonra. Es un modo de maltrato. Instala como norma el vale todo, anuncia que no hay más reglas de juego, que se puede apelar a lo que fuere. Y habilita así a la violencia. Tanto la violencia del que pretende seguir imponiendo la mentira a cualquier precio, como la del que se indigna al descubrirla, y al descubrirse estafado, traicionado.

Cuidado con la mentira en beneficio de unos pocos y en perjuicio de tantos. Cuidado porque ella es  como poner  sal sobre las heridas de enfermos, de personas que perdieron a seres queridos en esta tragedia y siguen adelante sin sopesar las consecuencias promovidas por la ineficacia, la desidia y la corrupción del mismo poder gobernante.

La historia de nuestra Argentina es pródiga en ejemplos de las consecuencias virulentas, dolorosas y también sangrientas de la mentira y de la manipulación de la verdad. No se puede ni se debe jugar irresponsablemente con ella, hoy y aquí está en juego la vida de los habitantes.

La mentira no es gratuita ni para quien la emite ni para quien la recibe. Pero los costos no son los mismos. En el primer caso, aunque tarden, son justos y caben. En el segundo son injustos. Y más aún debería cuidarlas cuando en el aire se respira el espeso tufo de la violencia.

(Texto de Sergio Sinay, readecuado a la realidad que vivimos hoy en tiempos de pandemia).

Ana Schiavone. DNI. Nro. 20.336.077.


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