El legislador de San Antonio Oeste por la CC-ARI valoró el impacto positivo de las obras energéticas en la región Atlántica y aseguró que habrá un comité interdisciplinario que fiscalizará el cumplimiento ambiental de los proyectos en marcha.
El legislador rionegrino Fernando Frugoni, representante de San Antonio Oeste por la Coalición Cívica-ARI, afirmó que en la región Atlántica comienza a sentirse un proceso de reactivación económica vinculado a las obras del oleoducto y del futuro complejo de Gas Natural Licuado (GNL) que impulsa el Gobierno nacional y la provincia de Río Negro.
Frugoni señaló que, si bien la recuperación aún no se refleja con fuerza en los comercios locales, el movimiento económico generado por los proveedores y contratistas locales ya es un indicador claro de crecimiento. “En el caso nuestro, hablo de la región Atlántica, hay reactivación. No se nota mucho en los comercios, es cierto, pero sí hay muchos proveedores locales de nuestra ciudad que están abasteciendo el centro de acopio que está camino cerca de Guadalajara”, explicó.
El legislador puso como ejemplo la obra de los tanques en Punta Colorada, donde recientemente “se realizó la última soldadura” del ducto que conecta con el sistema principal. “El oleoducto ya ha llegado a los tanques, y son todos proveedores locales los que están trabajando. Ocupan gente de acá, y de a poco se irá notando la inyección económica que se requiere”, destacó.
Frugoni relató que la magnitud del campamento operativo instalado cerca del centro de acopio da cuenta del movimiento económico que se está generando: “Ahí viven unas 600 personas. El jefe del campamento me decía que todas las mañanas llegan 600 facturas facturas, no medias lunas —ejemplificó—. Es un proveedor local, es de San Antonio. También cada dos o tres días vienen a retirar la ropa de los trabajadores para el lavado industrial, y eso lo hace otro proveedor de Las Grutas”.
El dirigente subrayó además la participación de empresas de Las Grutas y Sierra Grande en el transporte y la logística del personal. “Todos los días la gente que necesitamos mover para San Antonio o para Sierra Grande o para lo que sea, lo hace un proveedor local. Esa es la primera muestra de reactivación de la actividad económica local: cuando los proveedores, los que dan trabajo a nivel local, empiezan a funcionar y a tener también trabajo”, enfatizó.
Frugoni aseguró que las obras actuales son solo una parte inicial de un proyecto de largo plazo que se extenderá hasta el año 2050. “La terminación del oleoducto no significa que se termine el trabajo. Estos son proyectos que van hasta el 2050”, afirmó.
En ese sentido, adelantó que el movimiento portuario continuará de manera sostenida: “Ahora va a llegar un barco con los caños para el GNL, porque tienen una medida especial que no se hace en Argentina, son de 40 a 42 pulgadas. La gente del puerto va a trabajar, la obra del gasoducto va a continuar. Hay que hacer dos gasoductos más. Lo que llegó ahora es para el GNL 1, falta el GNL 2 y el GNL 3. En fin, el futuro es promisorio”, sostuvo.
El legislador aprovechó la ocasión para responder a las críticas de sectores que cuestionan el impacto ambiental del proyecto energético en el Golfo San Matías. “Quiero que la gente lo sepa, especialmente los que critican este proyecto y dicen que el golfo va a sucumbir en un agujero de contaminación absoluta”, expresó.
Frugoni recordó que en las audiencias públicas previas al inicio de las obras planteó la necesidad de establecer un sistema de control ambiental riguroso y transparente. “Tal como lo pedí en las dos audiencias públicas en las que pude participar —la tercera no pude hacerlo por razones particulares—, reclamé en su momento que haya firmes controles ambientales una vez que estas obras estén en marcha. Incluso pedí la participación específica del INVAP para que lo haga”, señaló.
En esa línea, confirmó que desde la Secretaría de Energía se trabaja en la creación de un Comité de Fiscalización Integral, que estará conformado por la Secretaría de Ambiente de Río Negro, el INVAP, el CONICET y las universidades nacionales de Río Negro y del Comahue. “Ellos van a tener el control ambiental de todas las operaciones. Y si también ponemos en duda a esos organismos, entonces entramos a pisar un terreno que tiene más que ver con el extremismo conservacionista que con la racionalidad”, concluyó el legislador.


