El Puerto de San Antonio Este, ubicado en el Golfo San Matías, fue inaugurado el 3 de febrero de 1983. Apenas unas semanas después, el 21 de febrero, ingresó la primera nave, proveniente de la Unión Soviética. Curiosamente, llevaba peras con destino a ultramar, reflejando el principal propósito del puerto en sus inicios: la exportación de frutas.
Durante años, más del 80% de la fruta exportada desde el Alto Valle de Río Negro salía a través de este puerto. Sin embargo, el panorama actual es muy diferente.
San Antonio Este, un puerto de aguas profundas con una superficie total de 51 hectáreas, de las cuales solo 11 están en operación, enfrenta nuevos desafíos. A pesar de contar con infraestructura como frigoríficos, salas de transferencia, y plazoletas de contenedores, solo una pequeña parte está en uso debido a la caída de la producción y exportación de frutas. Esta situación también ha afectado el empleo en la zona. En 1998, cuando Patagonia Norte asumió la concesión del puerto, el 95% de los puertos argentinos operaban bajo un régimen de contratación eventual. Sin embargo, la empresa implementó un modelo que garantiza la estabilidad laboral de sus empleados, brindándoles acceso a beneficios como créditos y jubilaciones. Actualmente, 165 personas gozan de empleo estable en el puerto, aunque el volumen de trabajo ha disminuido notablemente.
El declive en la fruticultura es palpable. En las últimas dos décadas, las hectáreas destinadas a la producción de frutas en el Alto Valle de Río Negro han disminuido considerablemente. En comparación con hace 20 años, el volumen de exportación de peras y manzanas es ahora una cuarta parte. Además, la industria pesquera en Río Negro se encuentra en crisis.
La escasez de recursos pesqueros ha obligado a prolongar la emergencia en la provincia, con una actividad casi nula en los últimos meses. La extracción de langostino, una de las principales especies exportadas, ha quedado paralizada a la espera de nuevos cupos nacionales. Las estadísticas de 2024 reflejan una disminución generalizada en la exportación de alimentos como manzanas, cebollas, y limones, aunque la exportación de ciruelas y carne ha tenido un leve repunte.
A pesar de estos retos, el puerto sigue siendo un punto estratégico para el comercio exterior. Durante 2024, 37 empresas exportaron productos desde el Puerto de San Antonio Este, con Rusia, Estados Unidos, Holanda e Italia como principales destinos. Además, la futura planta de gas natural licuado en Punta Colorada genera expectativas sobre una posible revitalización del puerto, al vincular las actividades portuarias con el crecimiento del sector energético.
No obstante, el puerto ha encontrado un nuevo horizonte en el turismo. La cercanía con Las Grutas y la belleza natural de la zona, conocida popularmente como el «Caribe Patagónico», ha potenciado el crecimiento de la actividad turística. Las playas paradisíacas y la diversidad de fauna han atraído a visitantes de todo el país, y el puerto, con su imponente estructura, se ha convertido en un punto de interés para los turistas.
El cambio en el modelo económico de la región ha sido notable. El puerto, que en sus inicios dependía casi exclusivamente de la exportación, ha diversificado sus actividades, con el turismo emergiendo como un nuevo motor de desarrollo. Aunque el primer plan director del municipio de San Antonio no vislumbraba un futuro turístico para el puerto, la realidad ha superado las expectativas, y hoy la zona se consolida como un destino en auge.
La concesión del puerto a Patagonia Norte vence en 2027, y todo apunta a una renovación. A medida que las rutas marítimas continúan evolucionando, el desafío para el Puerto de San Antonio Este será adaptarse a las nuevas demandas del mercado, sin perder de vista su creciente rol como motor del turismo en la región.