Con un particular encanto que perdura aún en los meses más fríos, la Costa Atlántica provincial se destaca como una interesante alternativa para relajarse y respirar aire puro mar los próximos fines de semana largos.
Es que Río Negro alberga una serie de extensas playas que van desde Viedma al Puerto del Este, atravesando una de las rutas escénicas más bellas del país, donde surgen increíbles playas donde las caminatas en la arena y la práctica de deportes de viento se convierten en una valiosa alternativa.
En este contexto, Las Grutas se suma con interesantes propuestas que van desde el buceo en las profundidades del mar, hasta la visita a tres de los olivares más grandes de la región. Además, el balneario es un punto estratégico para realizar excursiones a las imperdibles y legendarias Salinas del Gualicho.
Gastronomía, avistaje de fauna marina y buceo.
Con la llegada de la estación más fría del año, llegan a las aguas del Golfo San Matías distintos ejemplares de la variada fauna marina que la Costa tiene para ofrecer. Es por esto, que las salidas embarcadas para poder divisar de cerca estas especies se convierten en una alternativa muy demandada para realizar en estas vacaciones de invierno.
Durante estos meses, la Región recibe a las primeras especies de ballenas que año a año visitan las aguas rionegrinas, y para disfrutarlas de la mejor manera, las empresas náuticas locales ofrecen salidas embarcadas a partir de julio, para poder experimentar la impresionante magnitud de estos animales.
Mientras que, en Las Grutas, el buceo es otro de los atractivos, con propuestas para buzos experimentados que incluyen recorridos por los arrecifes artificiales creados dentro del Parque Submarino Las Grutas. A su vez, también se puede recorrer la cava submarina, que cuenta con cientos de vinos sumergidos en las aguas grutenses.
En el mismo escenario de las distintas alternativas que ofrece la costa para el aficionado, la ejercitación de la pesca desde playa goza de mayor popularidad que la practicada desde elevaciones naturales, muelles o escolleras. Es notable la concentración de aficionados atentos a la espera del pique en toda época del año.
También estan las Salinas del Gualicho, son las segundas más grandes de Sudamérica y las terceras del mundo. Es un espacio que fue adquiriendo un halo de sitio misterioso en el imaginario colectivo regional.
Este manto de sal infinito, que imita a la luna, está ubicado a 60 kilómetros al oeste de Las Grutas, en la Patagonia Argentina y está asentado sobre unas de las mayores depresiones del planeta, a 72 metros bajo el nivel del mar.
Además está el Camino de la Costa, una ruta escénica de 180 kilómetros que alberga extensas playas con infinitos encantos, entre las que se encuentra el balneario El Cóndor, un sitio ideal para practicar deportes de viento y realizar aviturismo y contemplar a la colonia de loros barranqueros más grande del mundo que pinta los cielos de la región, junto a más de 200 especies de encantadoras aves.
En esta misma ruta también se encuentran La Lobería, un lugar sumamente tranquilo resguardado por altos acantilados, y Punta Bermeja, un Área Natural Protegida que preserva de forma permanente la colonia de lobos marinos de un pelo más grande de Sudamérica, llegando a hospedar a 9000 ejemplares en esta temporada.
Respecto a la Gastronomía típica, pescados y mariscos llegan a los restaurantes de la Villa turística de Las Grutas, San Antonio Este y Oeste. Los productos más característicos son el pulpito, la vieira, los mejillones, la merluza, el salmón, y el abadejo. Los mariscos se transforman en deliciosas escabeches y cazuelas o bien se consumen gratinados o en salsas que acompañan deliciosas pastas.
Los pescados como el salmón y el abadejo y el merluzón resultan ideales para ser grillados y cubiertos con delicadas salsas. Mero, lenguado, róbalo y pejerrey, almejas y cholgas son también muy apreciados por los consumidores.