Al residir entre Valcheta y Las Grutas se puede decir que soy un hombre de dos ciudades. Y no me olvido de Bahía Blanca donde tuve nacencia un 23 de Agosto de 1951, pero eso fue muchos años atrás, a pesar del afecto que le tengo y al estar escribiendo mi próximo libro (el 16), no es lo mismo, o casi.
A pesar de ser padentrano, como el profesor Baudi, los escritores afincados en las Grutas nos han abierto sus generosas puertas y nos reunimos todos los miércoles para intercambiar libros, textos y poemas. Por eso, por la maravilla del mar y de nuestro amigo el viento patagónico, hemos tenido bautizo y auspicio bajo el nombre de fantasía de “Letras del Viento y Sal”, porque eso está en nuestros escritos: el aire salobre del golfo y el viento donde viajan las musas que nos inspiran.
Hemos realizado algunos eventos con colegas de otras latitudes y con músicos, porque la poesía al hermanarse con la música, da nacimiento a la canción, con buen maridaje, para poner un término gastronómico.
El venero de los escritores de la región es muy rico e interesante, cualquiera sea su género, porque de alguna manera tiene la fuerza de la identidad, de un paisaje y muy especialmente de la idiosincrasia de nuestros mayores.
Escribimos porque soñamos, porque la poesía nos llama con susurros recurrentes, porque no hay nada más hermoso que la palabra, ese Verbo del principio que citara en su comienzo el Evangelio de Juan.
Somos pocos, un puñado si se quiere, pero que perseveramos. Alguien dijo (Borges) que el verdadero libro los escribimos entre todos, y eso tratamos de hacer. A Homero Manzi le gustaba decir que él no era un hombre de letras sino que escribía letras para los hombres.
Ojalá que nuestro grupo deje huellas. Los pueblos se hacen grandes cuando conservan su cultura, su arte, su sentido de trascendencia.
Para eso estamos, para que alguna carta vuelva, para que después de la siembra recojamos la cosecha, que sin duda será grata y abundante. Jorge Castañeda (Escritor – Valcheta)