Una joven estudiante de Biología Marina, radicada en Las Grutas, utilizando la técnica del needle painting borda paisajes y fauna de la Patagonia con el realismo y detalle de las ilustraciones científicas.
Lucia Muzio tiene 25 años. Es de Palomar, Buenos Aires pero hace 6 años se instaló en San Antonio Oeste para estudiar la licenciatura de Biología Marina “en la única carrera de biología marina del país”, remarca.
Cursaba su último año de la licenciatura cuando la cuarentena alteró su ritmo de estudio. “En la época en la que ya no podía rendir finales, no podía cursar entonces no tenía nada que hacer y dije: o me pongo a bordar o enloquezco” recuerda, y así encontró un nuevo quehacer en el cual combinar su faceta creativa con su formación científica.
Su cuenta de Instagram se llama “Bordando al sur” y allí comparte fotos de sus bordados donde replica paisajes patagónicos sobre tela.
¿Cómo comenzaste a bordar los paisajes patagónicos?
Yo siempre hice pintura, dibujo, pero un día empecé a ver en Internet imágenes de todos los estilos de bordados que hay, que son un montón y vi esta técnica que parece un dibujo. Se llama needle painting que es como pintar pero con hilo y aguja. Había intentado bordar sin bastidor con agujas e hilos que tenía en casa y algo me salió. De pronto decretaron cordón sanitario, significaba que otra vez nos iban a prohibir salir, ir a la playa, entonces le pedí a mi compañera que justo estaba de compras dije que me compre un bastidor cualquiera, de cualquier tamaño, lo que sea. Me puse a bordar y salieron cosas lindas.
¿Qué es lo que más te gusta pintar con hilos?
Me gusta pintar paisajes, me relaja. Vengo haciendo fotos que yo saqué y que me gustaron y eso lo paso a la tela. Ahí lo que hago es más parecido a la ilustración científica y luego paso de la realidad al bordado.
¿Qué tan difícil es bordar el mar? Se ve que tiene un alto nivel de detalle.
Para hacer las olas uso hilo de coser que es muy fino. Es lindo. Es una cuestión de confianza, al principio decís: «esto no se va a perecer a una piedra entre el agua» ¡y al final aparece!
También bordás aves. ¿Cómo lo hacés? ¿Son aves que tuviste la oportunidad de ver en estado natural?
Sí, son aves que están acá en San Antonio y Las Grutas dando vueltas. En San Antonio hay playas poco conocidas donde se ven todas las aves. También soy amiga de varios guardas ambientales que me dejan ir a chusmear a sus casillas. Y cuando me piden que borde algún pájaro, lo que hago es pedirle que me diga de qué especie es porque en mi carrera estamos acostumbrados a hacer esquemas. Me dicen la especie, yo busco muchas imágenes y a partir de eso armo un ave.
¿Cómo es el proceso de bordado, desde la elección del aguja e hilo, hasta el dibujo, el tramado, etc?
Generalmente uso la misma tela, lino, es la más fácil de conseguir. Y tengo varios bastidores de acuerdo a qué tan concentrada quiero estar. Depende del bastidor cómo te queda la mano, en una postura o en otra. Por eso está bueno ir cambiando de bastidor. Y tengo mi cajita de hilos. Ahí elijo los colores con los que voy a pintar. También uso una lapicera que se borra con calor entonces me permite dibujar directamente en la tela, hacer borrador una y otra vez y después con la plancha puedo borrar para que no se vean las líneas.
¿Cuánto te lleva hacer un bordado?
Un paisaje me lo tomo con calma, porque son los que me ayudan a relajarme entonces puedo estar tres semanas tranquila, a paso lento, dejo algunos días sin bordar y retomo. Pero un ave de 6 cm de largo, por ejemplo, en un día la hago. Una vez que le agarro el ritmo, la aguja va sola.
¿Cuál es tu momento del día para bordar?
Me gusta bordar a la mañana. Me hago unos mates y me siento en la puerta de la casa, en el balcón, y con el solcito suavecito, con la perra al lado, empiezo a bordar en silencio, cuando la gente todavía no se levanta
¿Con qué te conecta esta actividad?
A mí me gusta ver la diferencia de textura de las cosas. Decidir cómo voy a bordar cada parte del dibujo, qué cantidad de hilo voy a usar, el grosor, todo eso me ayuda a prestar atención, a concentrarme y más que conectarme, me desconecta. No me hables cuando bordo, porque no te estoy escuchando (risas).
Hay un mensaje que sobrevuela todos todas las publicaciones que haces de tus trabajos y que es: “cuidemos”. ¿Cómo creés que tus bordados transmiten ese mensaje?
Me gusta que me pidan parches de animales porque yo siento que si subo la foto de un animal bordado la gente después va a la playa, por ejemplo, y lo busca y trata de ubicarlo. Entonces siento que puedo empujar a la gente a ir a la playa. Y ahí la gente se encuentra con la naturaleza pero también con la basura, con la realidad, la contaminación. Y me gusta que las personas conozcan lo que los rodea.
¿Dónde te imaginas ejerciendo tu profesión?
Yo me vi siempre trabajando en un pueblo pequeño, por eso me gusta también bordar paisajes de acá y no de grandes ciudades. Ahora estoy borrando una foto del pueblo de Camarones (Chubut). Estuve ahí en 2019 haciendo una pasantía durante un mes y me pareció un lugar hermoso, en medio de la nada.
¿Cuál es el próximo bordado?
Mi próximo bordado es terminar el de Camarones, que es de una casita en el puerto. Y después tengo que hacer una cola de ballena franca en un parche. (Fuente Mejor Informado)