Susana Morales, la primera madre en denunciar el abuso de su hija por parte de un maestro de plástica en la Escuela N° 146 de San Antonio Oeste, ha expresado su frustración y dolor por la falta de acompañamiento que ha recibido desde que hizo la denuncia.
Morales relató que desde que presentó la denuncia el 7 de junio, no ha contado con el apoyo de psicólogos ni de la ETAP (Equipo Técnico de Apoyo Pedagógico), y que ha enfrentado la situación sola, con la ayuda de su familia. «He tratado de no exponer a mi hija demasiado, llevándola como todos los días, aunque ha sido difícil sin ningún tipo de acompañamiento», afirmó Morales en Signos FM, destacando la importancia del apoyo familiar en estos momentos difíciles.
La madre también mencionó que, aunque cuenta con el respaldo de otros padres, ha sido una lucha solitaria. «Estoy apoyada por la familia y por una madre que me acompaña a todas las entrevistas, pero estamos pidiendo justicia y en la audiencia judicial más importante logramos que se dictara prisión preventiva por cuatro meses al docente», señaló.
Morales reveló que durante la audiencia siguieron llegando más denuncias, algunas de las cuales datan del año pasado. «Es impactante pensar en cuánto tiempo esos niños guardaron silencio», reflexionó, subrayando la gravedad de la situación y criticando la falta de respuesta por parte de las autoridades educativas. «Ese establecimiento es una vergüenza; los cargos les quedan muy grandes», declaró, indignada.
La madre también criticó la falta de comunicación y empatía de las autoridades. Según ella, desde Viedma solo fueron convocados para una audiencia de psicología para su hija, pero no han recibido ninguna respuesta o apoyo adicional. «Aunque sea, podrían dar la cara y escucharnos», exigió Morales, añadiendo que ella y otros padres están dispuestos al diálogo, pero necesitan que las autoridades también muestren interés en enfrentar la situación.
Finalmente, Morales se refirió al descontento de la comunidad, que se manifestó en una protesta en la que, según ella, «la indignación de la gente era palpable». Explicó que mientras ellos intentaban dialogar con el fiscal, el docente acusado seguía circulando libremente, lo que incrementó la frustración y la sensación de injusticia. «¿Cómo quieren que nos sintamos?», cuestionó Morales, dejando claro que la comunidad exige respuestas y acciones contundentes para proteger a sus hijos.