Newborn baby hand in mother hands. Help and asistance concept, close up.
La historia de Mateo es un testimonio de lucha y esperanza. Su mamá, María Belén, recuerda con angustia el momento en que le dijeron que la patología de su hijo era «incompatible con la vida». Sin embargo, contra todo pronóstico, Mateo hoy lleva una vida normal, con los cuidados propios de su condición.
Antes de nacer, Mateo fue diagnosticado con Hernia Diafragmática Congénita, una malformación poco frecuente que afecta el desarrollo pulmonar. Tras una ecografía en Cipolletti, los médicos recomendaron su inmediata internación, advirtiendo a la familia sobre un desenlace trágico. Sin embargo, una ginecóloga que había atravesado una experiencia similar les brindó una luz de esperanza.
La derivación al Hospital Garrahan en Buenos Aires fue clave. Allí descubrieron que Mateo también tenía un quiste que comprometía su desarrollo pulmonar. Con un equipo especializado, planificaron una cesárea y aplicaron protocolos rigurosos desde el nacimiento: intubación inmediata y cirugía a las 48 horas de vida. Contra todo pronóstico, Mateo resistió y su recuperación sorprendió incluso a los expertos.
«En Río Negro nos decían que no había nada que hacer, pero en el Garrahan nos hablaron de otras posibilidades. Lo importante es no quedarse con un solo diagnóstico y seguir buscando», relata María Belén. Su historia es un mensaje de lucha para otras familias que enfrentan situaciones similares.
Hoy, con poco más de dos meses de vida, Mateo crece con normalidad. Su pulmón izquierdo, aunque reducido, sigue expandiéndose y se espera que continúe desarrollándose con el tiempo. Los controles en Buenos Aires son fundamentales, pero la familia enfrenta el desafío de gestionar estadía y traslados.
A pesar de las dificultades, María Belén y su pareja encuentran apoyo en su familia y en la provincia, que cubrió los gastos de estadía y alimentación durante el tratamiento. Hoy, con un futuro esperanzador por delante, Mateo es un símbolo de fortaleza y superación.
«Los bebés ponen mucha garra para salir adelante», concluye su mamá, emocionada. «Nos dijeron que Mateo no iba a vivir, y hoy está aquí, creciendo fuerte y sano».