El secretario general de la UOCRA, Damián Miller, se refirió al avance de las obras vinculadas al proyecto de Gas Natural Licuado (GNL) al sur de Las Grutas y al desarrollo del proyecto VMOS, que se extiende desde Allen hasta Punta Colorada, en la zona de Sierra Grande.
En ese marco, destacó la magnitud del emprendimiento, el impacto en el empleo y las recientes situaciones que debieron resolverse mediante la intervención de la Secretaría de Trabajo y la organización sindical.
Miller explicó que el proyecto VMOS abarca toda una traza que comienza en Allen y finaliza en Punta Colorada, con una línea regular de cañerías que aún no se encuentra finalizada. “Hoy tenemos aproximadamente mil trabajadores cumpliendo funciones en distintas especialidades a lo largo de la traza. En Punta Colorada hay entre 600 y 700 trabajadores más, y en la base de tanques, donde se inicia el proyecto en Allen, se desempeñan cerca de 400 trabajadores de manera directa”, detalló.
A ese número se suma una importante cantidad de empleo indirecto. Según precisó el dirigente sindical, entre 200 y 300 personas trabajan en tareas de logística y servicios vinculados al desarrollo del proyecto. “Estamos cerrando un año distinto, especial, que va a quedar en la historia de Río Negro por la importancia que tiene este desarrollo energético que se ha propuesto en la provincia”, remarcó Miller, subrayando además el acompañamiento del Gobierno provincial y de la UOCRA en cada una de las etapas de la obra.
Suspensión temporaria y acuerdo en Sierra Grande
Consultado sobre los hechos ocurridos recientemente en Sierra Grande, Miller explicó que se produjeron dos situaciones casi simultáneas. La primera estuvo vinculada a la suspensión de la obra dispuesta por la Secretaría de Trabajo, tras detectar que la empresa constructora no estaba respetando los porcentajes de mano de obra establecidos por la Ley Provincial 5408, que fija un 80% de trabajadores locales y un 20% de mano de obra foránea.
“Al producirse las bajas por finalización de tareas de distintas fases, la empresa no cumplió con esa norma, ni con otras relacionadas con la seguridad, la higiene y el cuidado integral de la salud de los trabajadores”, señaló. Ante esta situación, la Secretaría de Trabajo resolvió suspender la obra de manera preventiva.
El conflicto se resolvió rápidamente tras intensas negociaciones durante el fin de semana previo al feriado. “Para el día feriado ya estaba todo resuelto. Se trabajó todo el fin de semana con la empresa constructora y la UTE de Techint para reactivar la obra”, explicó Miller. Incluso, algunos trabajadores que habían sido enviados a sus domicilios por tiempo indeterminado debieron regresar para retomar las tareas.
El dirigente calificó el desenlace como “un final feliz”, ya que no se paralizó completamente la obra. “Se reincorporaron trabajadores que habían sido despedidos, se garantizó el pago de los salarios caídos y se acordó la incorporación de trabajadores que ya tenían los preocupacionales realizados”, indicó. Actualmente, la obra continúa con normalidad y se realiza un seguimiento del cumplimiento de lo acordado, incluso con audiencias en Regina para evaluar los avances.
Situación en Punta Colorada
La segunda situación mencionada por Miller tuvo lugar en Punta Colorada y estuvo relacionada con la empresa a cargo de la construcción de la infraestructura para los campamentos. En este caso, la paralización de tareas no fue por una medida de fuerza de los trabajadores, sino por una decisión empresarial ante el incumplimiento en el pago de salarios y dificultades contractuales.
Tras una negociación en la que participaron la UOCRA e YPF, se logró el pago de la segunda quincena de noviembre a los 87 trabajadores involucrados y se garantizó el pago de los salarios hasta el mes de enero. “Aparentemente se va a resolver la ruptura del contrato entre la empresa constructora y la compañía del proyecto, y luego se negociará con una nueva contratista la continuidad laboral de los trabajadores”, explicó.
En cuanto al impacto total del proyecto en Punta Colorada, Miller estimó que, además de los trabajadores directos de la construcción, hay cerca de 700 personas más empleadas en distintos rubros, como gastronomía, seguridad y transporte, bajo otros convenios colectivos.
Expectativa por el inicio de obras en San Antonio Oeste
Miller también se refirió a la expectativa existente en San Antonio Oeste, donde se espera el inicio de nuevas obras vinculadas al proyecto. Según explicó, las empresas constructoras ya están en contacto con el gremio para solicitar trabajadores a través de la bolsa de trabajo y comenzaron a realizar preocupacionales.
“Estimamos que en enero comienzan las primeras actividades del proyecto, con dos empresas y algunas subcontratistas trabajando de manera firme en la zona”, señaló. Asimismo, remarcó que se priorizará la contratación de mano de obra local, seguida por la regional y provincial, tal como establece la normativa vigente.
En una primera etapa, el proyecto contemplará la construcción de una planta de bombeo o impulsión y una traza de cañería de 15 kilómetros. Luego vendrá una segunda fase offshore, con siete kilómetros adicionales de cañería. “Estimamos unos 300 trabajadores directos de nuestra industria, a los que se suman otros tantos de manera indirecta”, precisó.
Obra pública, formación y futuro laboral
Finalmente, Miller se refirió al impacto de la paralización de la obra pública a nivel nacional y al diálogo con el Gobierno provincial. “Ha sido un golpe muy duro para nuestro sector. Se perdieron más de 150.000 puestos de trabajo en todo el país. En Río Negro, si no hubiese sido por el desarrollo energético, hubiese sido muy difícil sostener el empleo en nuestra industria”, afirmó.
En ese contexto, destacó la importancia de la formación profesional y la reconversión laboral. “Muchos trabajadores tuvieron que capacitarse en nuevas especialidades, sobre todo vinculadas a la metalmecánica, para poder participar de estos proyectos energéticos”, explicó. También valoró la creación de centros de formación profesional, como el iniciado este año en San Antonio Oeste, que ya cuenta con su primera promoción de egresados.
De cara al futuro, Miller anticipó que la demanda de mano de obra seguirá creciendo. “Con la cantidad de obras energéticas y de obra pública civil proyectadas, vamos a necesitar más trabajadores. Creemos que incluso va a faltar mano de obra para todo lo que viene, como escuelas, hospitales y obras de infraestructura”, concluyó.
