Por María Eugenia Echave. Este 2025 es nuestro noveno año de muestreos para estudiar a la tortuga patagónica (Chelonoidis chilensis) en los alrededores de San Antonio Oeste, y el tercer año de censos intensivos que forman parte del proyecto de mi tesis doctoral.
En este período logramos reunir una cantidad de información sin precedentes para la región: más de 400 individuos marcados, de los cuales más de 100 fueron recapturados, y casi 20 ejemplares fueron monitoreados mediante radiotelemetría, algunos de ellos durante dos años consecutivos.
Estos datos permitieron documentar aspectos clave de la historia natural de la especie: patrones de alimentación sobre diversas especies vegetales, selección diferencial de refugios, comportamientos reproductivos, etc.
No obstante, el panorama actual dista de ser alentador. En uno de los campos donde trabajamos hace nueve años de manera sostenida y que albergaba una población grande, con individuos sanos y activos reproductivamente, registramos un colapso poblacional. Este deterioro coincide con el ingreso de ganado, que modifica el hábitat y sospechamos que ejerce presión directa sobre los nidos y la dinámica poblacional, y con la consecuente expansión del jabalí (Sus scrofa), una especie exótica invasora que encuentra disponibilidad de agua y alimento asociado a la actividad ganadera y, por lo tanto, se dispersa sin control.
Las tortugas adultas, históricamente casi sin depredadores naturales, enfrentan hoy múltiples amenazas: depredación por perros asilvestrados y jabalíes, tráfico ilegal y mascotismo, incendios, pérdida y fragmentación del hábitat y destrucción de nidos por pisoteo del ganado. Este conjunto de presiones intensifica el riesgo de extinción local.
Conscientes de esta situación, junto con la Dra. Erika Kubisch sabíamos que era necesario hacer algo más para su conservación, es por esto que impulsamos la creación del “Programa de Conservación de la Tortuga Terrestre en Patagonia”, orientado a desarrollar proyectos de investigación interdisciplinarios con biólogos, físicos e ingenieros y, en paralelo, acciones de educación ambiental, formación de voluntarios, talleres y actividades de divulgación que permitan visibilizar la problemática.
El programa fue declarado de interés social, educativo, ambiental y científico por la Municipalidad de San Antonio Oeste en 2021 y por la Legislatura de Río Negro en 2024. Asimismo, este año celebramos la aprobación por unanimidad del proyecto de ley que declara a la tortuga patagónica como Monumento Natural, la máxima categoría de protección en la Provincia.
Sin embargo, pese a este reconocimiento y a su estatus de especie en peligro de extinción (IUCN, en prensa), las amenazas persisten sin cambios significativos. Nosotras seguimos sin bajar los brazos, pero muchas de estas problemáticas se vuelven cada vez más difíciles de afrontar. La normativa existe, la evidencia científica también; lo que falta es su efectiva aplicación. La especie continúa en situación crítica porque, mientras tanto, muchos siguen mirando hacia otro lado.
