Inicio San Antonio Oeste Pasivos mineros en San Antonio Oeste: una historia de negligencias, contaminación y pérdidas.

Pasivos mineros en San Antonio Oeste: una historia de negligencias, contaminación y pérdidas.

- Imagen de archivo

El lugar

San Antonio Oeste es una localidad costera de la Provincia de Río Negro. Un componente esencial del paisaje en el territorio es la Bahía de San Antonio, ubicada en el ángulo noroeste del Golfo San Matías.

Por su riqueza natural y diversidad biológica, la Bahía de San Antonio y su zona de influencia fue declarada en 1993 Área Natural Protegida y reconocida el mismo año como Sitio de Importancia Internacional por la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras.

El problema

En 1961 la Empresa Geotécnica S.A. inició en San Antonio Oeste la construcción de una planta de fundición para procesar minerales como plomo y cinc extraídos de la mina “Gonzalito”, ubicada aproximadamente a 100 km de la Localidad.

Desde el año 1953 al año 1979 se produjeron 61.807 toneladas de concentrado de plomo y 12.725 toneladas de concentrado de cinc. Las escorias del proceso se depositaban a cielo abierto sobre suelo desnudo en terrenos fiscales ubicados al oeste de la Localidad, en ese entonces relativamente alejados. Un volumen más pequeño de escorias se acumuló en los fondos del terreno en el que funcionaba la fundición, hoy en el corazón de la planta urbana.

A mediados de la década del ’80 la empresa se declaró en quiebra y desapareció, abandonando los depósitos referidos en el estado en que se encontraban.

Ya entre 1994 y 1995, en el marco de un estudio de la contaminación de la costa patagónica, la Fundación Patagonia Natural encontró valores de metales pesados –especialmente plomo y cinc-sorprendentemente elevados en la Bahía de San Antonio, probándose poco después que el origen de la contaminación estaba en los depósitos de ganga de la fundición.

Consecuencias en la salud humana

Según lo define la OMS, el plomo es una sustancia tóxica, con efectos especialmente dañinos en los niños de corta edad. Se estima que la exposición al plomo causa cada año, a nivel mundial, 600 000 nuevos casos de discapacidad intelectual y se cobra un total estimado de 143.000 vidas.

Exposiciones infantiles de escasa magnitud, pero sostenidas en el tiempo, resultan en alteraciones neuromotoras, pérdida irreversible de la inteligencia, problemas de conducta y bajo rendimiento escolar. En el caso particular del escenario de contaminación en San Antonio Oeste, los estudios realizados demostraron la contaminación de población infantil con niveles inaceptables de plomo en sangre y de arsénico en orina.

 

El proceso hacia la remediación

En 1995, conocidos en San Antonio Oeste los valores medidos por la Fundación Patagonia Natural, una ONG local, la Fundación Inalafquen, advirtió sobre los riesgos que la situación representaba y puso en marcha una cantidad de acciones para profundizar el conocimiento del problema, prevenir sus consecuencias y gestionar una solución.

Los resultados de los diferentes estudios que se desarrollaron a partir de ese momento movilizaron a otras instituciones locales, tales como el la Escuela de Ciencias Marinas de la Universidad Nacional del Comahue, el Instituto de Formación Docente Continua de San Antonio Oeste, la UnTER Unión de Trabajadores de la Educación de Río Negro Seccional San Antonio Oeste, la Pastoral Social, y a funcionarios de diferentes organismos del Estado, que en julio de 2005 constituyeron un grupo de trabajo, multidisciplinario y multisectorial, con el objetivo de abordar la problemática. Se conformó así la Comisión Multisectorial por la Problemática del Plomo en San Antonio Oeste, que puso inmediatamente en marcha una serie de acciones.

A instancias de la Comisión, el Ministerio de Salud de la Nación condujo un estudio en 200 niños de la Localidad. El 64% de ellos presentaba niveles de plomo en sangre superiores a los 5 ug/dl.

La actividad desarrollada por la Multisectorial resultó decisiva para que la remediación del pasivo ambiental minero de San Antonio Oeste fuera incluida en el Subprograma de Gestión Ambiental Minera (Geamin) cuyo financiamiento el Gobierno Nacional gestionó ante el BID durante 2007. Se reseñan a continuación los hitos fundamentales del proceso subsiguiente:

06/11/2007: el Gobierno Nacional firma contrato con el Banco Interamericano de Desarrollo para el financiamiento de la Gestión Ambiental para la Producción Sustentable del Sector Productivo.

19/01/2010: se anuncia la firma del Contrato de Consultoría con la firma URS Corp. para la elaboración de un Estudio Detallado, un Plan de Remediación Ambiental y el Proyecto de Ingeniería de Detalle.

25/02/2015: Se firma en San Antonio Oeste el contrato para la ejecución de la obra con Ezequiel Walter Silva, entonces monotributista y sin antecedentes, que inicia la obra meses más tarde.

28/07/2016: La veedora de la obra por la Multisectorial solicita la intervención de organismos técnicos de la Provincia por lo que entienden serían severas deficiencias en la ejecución de la celda de seguridad. Probadas las mismas, la Secretaría de Minería de la Nación rescinde el contrato con EWS y anuncia una nueva Licitación.

02/03/2017: Se adjudica la obra a la empresa Taym S.A., que corrige y completa la celda de disposición, iniciando posteriormente la remoción y el traslado del material contaminado desde las diferentes “pilas” en San Antonio Oeste.

Se evidencian groseros errores de la consultoría desarrollada por URS, con severas consecuencias sobre la obra

En octubre de 2017, removidas las capas de suelo contaminado hasta la profundidad especificada por el Pliego en la pila cuya remoción estaba más avanzada, las concentraciones de cinc seguían siendo muy superiores a los máximos admitidos por la norma. Más y más capas de suelo se removieron sin observarse una disminución en las concentraciones. Luego se comprobó que, contrariamente a lo informado por URS en relación a la presencia exclusivamente superficial de cinc, la contaminación llegaba hasta el nivel freático, ubicado mucho más abajo.

Quedó claro entonces lo que había sucedido. URS no sólo no había hecho las mediciones necesarias hasta las profundidades adecuadas en las zonas de pilas, sino que no había sabido interpretar el proceso geoquímico de estos depósitos – expuestos en superficie durante unos sesenta años- considerando, erróneamente, que todos los contaminantes se mantendrían dentro de la zona de oxidación.

El plomo es un elemento poco móvil, por lo que no desciende a la zona de cementación. Pero el cinc, contrariamente, es un elemento muy móvil y lixivia fácilmente en la zona de oxidación, aumentando su concentración a medida que se aproxima al agua. En el caso de la Pila 1, que es la de mayor magnitud, hay un espesor de aproximadamente 10 metros entre la superficie y el nivel freático. Espesor por donde el proceso de lixiviación viajó a través de una formación altamente permeable, precipitando en contacto con el agua y produciéndose una zona de cimentación enriquecida por arriba del nivel freático.

Conceptos básicos de la geoquímica que no supieron interpretarse, más una insuficiente medición de concentraciones en muestras ubicadas en las profundidades adecuadas, ocasionaron un déficit grosero en la estimación del volumen de material contaminado. En caso de ser removido, ese volumen excedería largamente la capacidad de la celda ejecutada.

En los meses subsiguientes se observó una obra cada vez más desordenada y se acentuaron las inobservancias a las medidas de seguridad a medida que se aceleraban los procesos para la remoción y el traslado del material, especialmente en lo que respecta a la remoción de la pila del Frente La Fundición y la remediación de los patios de las casas construidas en las dos manzanas urbanas en las que había operado la Geotécnica. Allí también se evidenció  un deficit severo del volumen de material contaminado estimado por URS, pero en este caso relativo a la contaminación con plomo.

En marzo de 2018, a pesar de que los objetivos de remediación establecidos en el Pliego estaban muy lejos de ser alcanzados, Geamin comunicó que consideraba extinto el contrato con Taym. Los funcionarios informaron que la celda de disposición final estaba saturada y que el presupuesto de proyecto había sido agotado. Las causas de la situación se vincularon con los errores de la consultoría desarrollada por URS.

No se explicó por qué, si se conocía desde tanto tiempo antes que la celda sería insuficiente para recibir el total del material contaminado, la empresa continuó removiendo capas y capas de suelo de la pila más alejada de la planta urbana (trasladando una cantidad enorme de material, en una operación sin mayor complejidad), en lugar de remover el suelo altamente contaminado de calles y veredas del frente La Fundición, de menor volumen, tal vez mayor complejidad, pero mucho más relevante en términos de salud de la población, toda vez que la permanencia de ese material provoca la exposición permanente de las personas que allí viven a los tóxicos presentes en el suelo. No es poco razonable pensar que la explicación se relacione con los montos de certificación en uno u otro caso.

En mayo de 2018 Taym desarmó sus obradores en San Antonio Oeste.

Mayo de 2020

Dos años después de suspendida la obra, la situación no ha cambiado:

– En dos de las pilas intervenidas por Taym queda un volumen indeterminado de suelo contaminado.

– Otras dos pilas están en el mismo estado en que se encontraban antes del inicio de obra, con escorias que cada día aumentan los niveles de contaminación del ambiente en San Antonio Oeste y la Bahía de San Antonio.

– La quinta pila se intervino de una manera inconsistente con lo estipulado en el Pliego, inhibiendo la utilización de los predios para prácticamente cualquier destino.

– Calles y veredas del Frente La Fundición, en un sector residencial de la planta urbana, presentan niveles de contaminación alarmantes. En el caso del plomo, mientras que la concentración máxima planteada por la ley para suelo residencial es de 500 ppp, un documento emitido por Taym en septiembre de 2018, informa concentraciones de decenas de miles de partes por millón del contaminante en superficie. Pero también son incompatibles con el suelo residencial concentraciones de arsénico, cobre y cinc. En estas manzanas urbanas, por supuesto, viven niños.

La Multisectorial ha intentado – a la fecha, sin éxito-, establecer contacto con las nuevas autoridades de la Secretaría de Minería de la Nación. Mientras tanto, se tramitan expedientes judiciales tanto en el Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Río Negro como en el Juzgado Federal de Viedma.

Por su parte, y como resultado de una solicitud tramitada por la Secretaría de Minería durante la gestión anterior, el BID aprobó fondos de cooperación técnica para una nueva consultoría, con el propósito de definir alternativas de remediación y un nuevo proyecto. A la fecha, el proceso se encuentra en etapa de contratación de la empresa seleccionada.

Síntesis final

La explotación minera del plomo y el cinc de la Mina Gonzalito duró menos de treinta años. Al desaparecer, dejó tras de sí enfermedad y contaminación. Contaminación que durante 60 años ha limitado el desarrollo de la ciudad y ha afectado la salud de la población, ensañándose con los niños cuyas familias no han podido ofrecerles una nutrición adecuada o estímulos que compensaran la pérdida de capacidad intelectual. La contaminación roba oportunidades de los que menos oportunidades tienen.

Los miembros de esta comunidad llevamos más de 25 años de lucha para liberarnos de la pesada herencia que nos dejó la Geotécnica. Pasaron gobiernos y funcionarios, promesas, ilusiones y proyectos, empresas y financiamientos. Millones de dólares.

Somos la prueba viviente de que remediar no es fácil, no es rápido, no es barato. Que para el Estado es mucho más atractivo autorizar un proyecto que recomponer el desastre que el proyecto ocasiona. Que remediar nunca es prioritario en los presupuestos gubernamentales. Que cuando el desastre es grande, los funcionarios miran para otro lado y las comunidades se quedan solas.

Pero también somos la prueba viviente de que un pueblo no se rinde cuando lo que está en juego son sus hijos. (Multisectorial de Vecinos)

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