Como se venía planteando sobre crítica situación en la empresa pesquera Río Salado y Olgrec Fisch, según denunció Juan Ortíz, delegado del STIA, los trabajadores siguen enfrentando una grave incertidumbre, mientras que la planta permanece cerrada y sin electricidad, lo que ha generado un clima de preocupación.
Ortíz explicó que, según la documentación enviada a la Subsecretaría de Pesca, la empresa había prometido pagar las quincenas atrasadas con la venta de la última carga de pescado que quedaba en las cámaras frías “La incertidumbre es, sin duda, lo que más bronca causa tanto para mí como para los afiliados y el personal de la empresa”, afirmó el delegado.
Además de los salarios impagos, los trabajadores están preocupados por el futuro de la empresa, ya que el empresario no ha dado señales claras sobre si continuará operando o si cerrará definitivamente. “El parate en la empresa es total. Está cerrada, con la luz cortada, y no hay electricidad. Todo el predio está cerrado”, detalló Ortíz.
El delegado también criticó la falta de acción por parte de las autoridades provinciales. Aunque destacó la buena predisposición de la Subsecretaría de Pesca, señaló que no tiene poder de decisión y depende de la aprobación de instancias superiores, como el ministro o el gobernador. “Hasta ahora, ni siquiera le han dado interés a la situación”, lamentó.
Ortíz recordó que el sindicato ha realizado múltiples reclamos ante la Secretaría de Trabajo, incluyendo una audiencia el 14 de enero en la que la empresa no se presentó. “Se pidió que se sancione a la empresa por no participar en las audiencias, pero hasta ahora no ha pasado nada”, dijo.
La situación es aún más preocupante porque los trabajadores no pueden acceder al seguro de desempleo mientras la empresa no defina su situación laboral. “Si presentan la renuncia, no saben si van a cobrar o no. Es una incertidumbre total”, explicó Ortíz.
El delegado también mencionó que la empresa ha vendido el pescado que quedaba en las cámaras, pero con ese dinero solo se pagó la primera quincena de enero. “Ya no quedó más plata. Ahora estamos esperando que la provincia tome una decisión”, afirmó.
Ortíz comparó la situación actual con casos anteriores “Lo mismo puede pasar con esta empresa. Ya se deben más de 500 millones de pesos, entre deudas con proveedores y salarios impagos”, advirtió.
En medio de este escenario, el sindicato está evaluando nuevas acciones legales para presionar a las autoridades y buscar una solución definitiva. “Le comuniqué al abogado que haga otra presentación solicitando una audiencia urgente. Si no hacemos eso, la Dirección de Pesca no puede actuar”, explicó Ortíz.
Finalmente, Ortíz criticó la falta de transparencia en la asignación de cupos pesqueros y permisos, que actualmente se otorgan “a dedo” a los dueños de los barcos, mientras las plantas pesqueras permanecen cerradas. “Hablan de industria pesquera, pero la realidad es que los trabajadores se están muriendo de hambre”, concluyó.