¿Por qué chicho no puede tener su casa? (carta de lectores)

lectores




Próximos a cumplir 114 años, los sanantonienses nos encontramos ante una gran problemática, como es el caso de las dificultades existentes para cumplir el sueño de la casa propia.

Esta problemática que nos aqueja no es una cuestión nueva, más bien es una situación  que se viene arrastrando desde hace ya más de una década. Pese a las diferentes dificultades que plantean las autoridades, hay una verdad que es absoluta y que se ve reflejada en los diferentes sectores de la sociedad. No importa si se trata de familias de escasos recursos o familias de clase media, la problemática del déficit habitacional es una cuestión que nos afecta a todos.

Innumerables son los casos relacionados con la temática y no menos cierto, es que también está en el conocimiento de todos nuestros vecinos. Yo aquí no tratare de enumerar ni de generar polémica alguna sobre los casos que ya conocemos, si no, más bien tratare de centrar este texto en el problema a resolver.

Como bien sabemos, estamos próximos a nuevas elecciones y así mismo es de público conocimiento que el sector político comienza a prometer soluciones a todas las dificultades que aquejan a la sociedad y por supuesto que esta no será la excepción.

En estas elecciones, como en tantas otras, (podremos ver desfilar a cuanto concejal o autoridad con ganas de renovar su puesto en el gobierno) prometiendo soluciones  en el tema pero sin dar respuestas claras y que puedan llevar algún tipo de seguridad y tranquilidad a la gente.

a quienes plantean como el problema central la falta de terrenos, Por un lado se puede decir que existe una posibilidad de recuperar, por medio de ordenanza, innumerables espacios en estado de abandono o de precarización existentes dentro de la planta urbana. Como todos sabemos hay muchísimos de estos espacios de los cuales ya no se sabe muy bien cuál es su función o tal vez simplemente han quedado obsoletos debido a los cambios de época.

Otros de los problemas planteados se da ante la supuesta falta de pago de terrenos vendidos, y los grandes costos que implica llevar los servicios a futuros terrenos que podrían ser urbanizados para su futura venta. Entonces a esto pudiéramos responder que nos encontraríamos ante un sistema de ventas y adquisiciones un tanto obsoletas y muy deficitarias a lo cual podríamos proponer la posibilidad de pensar o más bien dicho actuar con sentido común.

Tal vez si el municipio o las autoridades competentes, tomaran una política de seguimiento adecuada a garantizar que todos aquellos que soñamos con la posibilidad de tener un hogar propio pudiesen concretarse de una manera más efectiva a la que viene ocurriendo.

Es momento de comenzar a analizar las diferentes problemáticas que surgen en la sociedad actual. Por un lado, tenemos probablemente un gran porcentaje de la población que posee trabajo en blanco y con un ingreso mensual fijo determinado; por otro lado, no es menos cierto que la otra parte  de la población posee puestos de trabajos informales y/o en negro, lógicamente con un ingreso mensual determinado, pero también con la misma intención y posibilidad de pagar su futuro terreno. Ahora bien, ante estos dos casos no será menos cierto que ambos sueñan y tienen  la misma necesidad de poseer su casa propia.

Probablemente si ofreciéramos reglas justas, igualitarias y no discriminativas bajo un sistema de control eficiente los beneficiados seriamos todos. Desdé priorizar un primer terreno, antes de seguir fluctuando con la compra/venta fácil e ilimitada de terrenos innumerables por el solo hecho de adquirir dinero rápidamente para las arcas municipales pero sin tener en cuenta los derechos de todos. Es decir, para que el sistema funcione todos deberíamos poder comprar una parcela, pagarla al valor real, simplemente que, adaptando a  cuotas y de acuerdo a las posibilidades de pago de cada uno; lógicamente ser estrictos en el control y que dichos terrenos sean utilizados para los fines con los que fueron adquiridos. Por otra parte podríamos garantizar al menos un porcentaje del pago de dicho lugar antes de hacer las entregas.

Del mismo modo las posibilidades serian justas e igualitarias, no discriminatorias  para todos los trabajadores y trabajadoras que deseen adquirir su primer hogar. Entonces tal vez así chicho también podría cumplir el sueño de tener su casa propia.

Con esta humilde reflexión no pretendo incomodar ni agraviar a nadie, simplemente como sanantoniense expreso mi deseo de cambiar y mejorar las posibilidades de todos quienes habitamos los tres ejidos urbanos.

Neri Alejandro Gracia – D.N.I:35.276.532


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