Sin sorpresa pero con dolor recibimos el proyecto de ley correspondiente al Presupuesto General del Ejercicio del año 2019.
El mismo deja plasmada la voluntad política del Presidente Macri sobre los patagónicos en general y en particular sobre los más vulnerables, que son los jubilados y beneficiarios de programas de protección social.
El proyecto de Presupuesto 2019 de Macri elimina el diferencial patagónico para los nuevos jubilados. Se mantiene únicamente un diferencial del 20% (ya no del 40%) para los jubilados que no cobren más de dos haberes mínimos. Este nuevo golpe demuestra que siguen desconociendo la realidad patagónica que incluso el INDEC les muestra en escalofriantes cifras.
Los dos brazos ejecutores que tiene un plan de gobierno son la política fiscal y la monetaria. Ambas sintetizan cómo se llevan a la práctica las decisiones de gobierno y reflejan qué lugar se les asigna por ejemplo a la educación, a la salud, a la obra pública, etc. Hoy en Argentina esos dos brazos del gobierno están inmovilizados.
La política fiscal se encuentra auditada y supervisada por el Fondo Monetario Internacional. El excesivo endeudamiento realizado por el gobierno de Mauricio Macri ha hecho que la mayor parte de los recursos de los argentinos se destinen a la cancelación de los servicios de la deuda. Y este peso de los intereses tiene una perspectiva de seguir aumentando. Cada vez más seguirán sacándoles plata del bolsillo a los vecinos a través de aumentos de tarifas, quita de subsidios, reducción de planes de desarrollo, etc. para poder cumplir con su irresponsable deuda.
Por otro lado, la política monetaria se encuentra atada por las Lebac, la altísima tasa de interés y el constante drenaje de divisas que tenemos a diario.
Con este nulo margen de acción, no existen variables que el gobierno pueda modificar para darle un rumbo deseable a este país. Por eso el proyecto de Presupuesto 2019 que el oficialismo acordó primero con el FMI y luego con algunos gobernadores, antes de exponerlo a la verdadera discusión democrática que debe ser en el Congreso, es en realidad una farsa.
La tan mentada “política de déficit cero” es en verdad una elegante forma para no decir que habrá más ajuste para que el gobierno pueda hacer frente a los servicios de deuda que ellos mismos generaron. El ajuste no es para hacer una mayor inversión en educación, salud, en obra pública, en incentivar la producción o el desarrollo industrial. Ese ajuste al bolsillo de los vecinos es para pagar una deuda irresponsable y descontrolada.
La principal herramienta económico-financiera de la democracia está siendo burlada por este gobierno, que lejos de estar a la altura de poder proyectar económicamente un plan de gobierno serio para 2019, sólo intenta patear esta bola de consecuencias de sus malas decisiones para que la ataje el pueblo.
De ninguna manera vamos a ser cómplices este atroz intento de sometimiento a los argentinos. (Prensa ME Soria)