Quien era Rogelio Cortizo, cuyo nombre une las localidades de San Antonio Oeste y Jacobacci

- Casa del Dr. Rogelio Cortizo fue declarada por la Municipalidad de Ing. Jacobacci como Patrimonio Histórico Cultural.




HISTORIAS SANANTONIENSES. Por suerte y merecimiento dos lugares rinden un homenaje a la prominente persona que fue el Doctor Rogelio Cortizo. Una de ellas es que el hospital de la localidad de Ingeniero Jacobacci lleve su nombre y la otra que en cercenarías de San Antonio Oeste recuerde también su nombre bautizando así a un empalme de vías.


Hojeando viejas publicaciones (un amigo me donó la colección casi completa de la revista “Argentina Austral) en el número 429, de Julio-Agosto de 1967 encontré una breve nota destacando la personalidad de este médico emblemático que dejó improntas en nuestra región.
La nota de marras se titula “De Galileo al sacrificio” y se refiere a varias personalidades patagónicas de la medicina.
Bajo el sugestivo subtítulo de “Record inigualable” expresa los siguiente: “El doctor Rogelio Cortizo, médico español, cuyo título revalidó en la Facultad de Medicina de Buenos Aires, se trasladó con título en la valija a Huahuel Niyeu, población a 1700 kilómetros de la capital que comenzaba a formarse lentamente, (Fue el primer emplazamiento de la actual Ingeniero Jacobacci).
Los méritos del doctor Cortizo le otorgaron justo predicamento en centenares de leguas a la redonda, llegando su nombre hasta el Chubut, donde se le consultaba con frecuencia desusada.
Permaneció en esa lugar más de treinta años, allí se casó y nacieron sus hijos. A mediados de cada año viajaba a Buenos Aires con el propósito de escuchar conferencias y charlas con admirados catedráticos. De esa manera adquirió sólidos conocimientos que le valieron justiciera reputación.
Verbo fluido y seguridad, aún en los momentos de prueba. De esa manera obtuvo la respetuosa consideración de la mayoría.
Le cupo al Dr. Cortizo un récord difícil de igualar: él formó en cementerio local y los muertos allí inhumados le pertenecían íntegramente, nadie colaboró con él en esa tarea benefactora.
Cuando se lo recordamos –escribe el cronista- nos replicó humorista:
-Hice lo posible para que el número fuera pequeño… De acuerdo con los años de labor y teniendo en cuenta la densidad demográfica, me he comportado con la dignidad de un hidalgo de la vieja España.
Las réplicas ponían en descubierto la cultura adquirida”.
Hasta aquí la nota donde se aprecia el estilo de las crónicas de aquellos años y es justo señalar al autor: Luis Rey. (por Jorge Castañeda Escritor – Valcheta)

Nota al pie: Cabe mencionar que en el año 1914 llegó a San Antonio Oeste el doctor Rogelio Cortizo, un hombre tildado de «gran humanidad» por sus pacientes. Se desempeñó en una sala de primeros auxilios, su primer vivienda fue una precaria casilla de madera del Ferrocarril que quizás aún esté en pie, aunque no sabemos cual de ellas fue. Estuvo hasta el año 1923 y fue destinado a Ingeniero Jacobacci para atender a pacientes de casi toda la línea sur. En la imagen principal se puede observar la casa que habitó hasta su jubilación.

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