La reciente elección en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) marcó un punto de inflexión en la política nacional. Para Pablo Gustavo Díaz, Director en Mercados & Estrategia, los resultados de aquella jornada electoral, celebrada hace dos domingos, no solo ratificaron tendencias ya esbozadas desde 2023, sino que también definieron un nuevo equilibrio de fuerzas dentro de la derecha argentina. “La elección de CABA ordenó y puso en números manifiestos la distribución de fuerzas de la derecha”, aseguró Díaz en una entrevista a este medio.
Desde el ballotage presidencial del 2023, cuando el entonces candidato Javier Milei se impuso con el respaldo tácito del PRO, la alianza entre La Libertad Avanza (LLA) y el partido fundado por Mauricio Macri parecía inevitable. Sin embargo, según Díaz, faltaba aún lo más importante: definir el liderazgo. “Estaban Milei y Macri en escena, y la elección en Buenos Aires resolvió ese dilema, consagrando a Milei como el líder indiscutido del espacio”, explicó.
Un ordenamiento que impacta a nivel nacional
Esta consolidación del liderazgo dentro de la derecha no es un fenómeno aislado. En provincias como Buenos Aires, donde se celebrarán elecciones provinciales en septiembre y elecciones nacionales en octubre, ya se perciben señales claras del nuevo orden. Díaz anticipa que “la mayoría de las listas provinciales estarán encabezadas por figuras del PRO, especialmente en municipios donde el partido tiene fuerte presencia, acompañados por representantes de La Libertad Avanza”.
El mismo patrón puede verse en otras provincias como Chaco, donde gobierna un radical y donde LLA acompañó el proceso electoral. Sin embargo, esta armonía no se repite en todos los rincones del país. En provincias como Río Negro y Neuquén, donde solo se celebran elecciones nacionales, la situación es diferente.
“Allí cuesta más replicar el esquema bonaerense”, reconoce Díaz. “Máxime cuando desde la dirigencia nacional de LLA, encabezada por Karina Milei, se impulsa que las listas deben ser lideradas por libertarios puros”.
Ego, machismo y el espejismo de los votos propios
Uno de los principales obstáculos para la conformación de alianzas más sólidas, especialmente en provincias del sur como Río Negro, es lo que Díaz denomina una combinación de egos personales y estructuras rígidas. “A muchos dirigentes les cuesta aceptar que no son dueños de los votos”, advierte.
El caso de Aníbal Tortoriello es ilustrativo. Según Díaz, el dirigente sigue creyendo que los votos obtenidos en abril del año pasado (24%) le pertenecen. “Es un error garrafal”, asegura. “Porque en octubre, esos mismos votantes se inclinaron por otros candidatos, como Villaverde. Pensar que se es dueño de los votos es un análisis falaz”.
Pero no es solo una cuestión de ego. También hay, según Díaz, un componente de machismo en juego. “A los varones les cuesta mucho asumir el liderazgo de mujeres, salvo que sean figuras muy hegemónicas como lo fue Cristina Kirchner”, sostiene. Y agrega: “La psicología de muchos políticos, especialmente los ligados a valores cristianos tradicionales, funciona de forma distinta cuando se trata de mujeres en posiciones de liderazgo”.
El escenario en Río Negro rumbo a octubre
La provincia de Río Negro se perfila como uno de los distritos donde el panorama político está más fragmentado y a la vez más determinante. En palabras de Díaz, “la elección de octubre será un plebiscito sobre la gestión de Javier Milei. De un lado estarán quienes la apoyan, del otro quienes la rechazan”.
Las encuestas actuales, según el analista, muestran a La Libertad Avanza liderando la intención de voto en Río Negro, seguida por Juntos Somos Río Negro y, en tercer lugar, el peronismo. El PRO figura en un lejano cuarto lugar.
Sin embargo, el problema para quienes se oponen a Milei es su falta de unidad. “Aunque sean mayoría, si están divididos, le facilitan el triunfo a La Libertad Avanza”, explica Díaz. Esto ya ha sido observado a nivel nacional, como en CABA, donde la estrategia libertaria fue clara: afiches con la frase ‘Adorni es Milei’ dejaron en evidencia que cada voto cuenta como un respaldo directo al presidente.
En este sentido, Díaz es categórico: “No hay espacio para las ambigüedades. Si un candidato no se posiciona claramente a favor o en contra de Milei, queda fuera del juego”.
Pesati: ¿la figura que podría aglutinar la oposición?
Dentro del espacio Juntos Somos Río Negro, Pedro Pesati se ha convertido en la única figura con una postura clara contra la gestión libertaria. Su figura despierta interés tanto dentro como fuera de su espacio político.
“Hay votantes tradicionales del peronismo que ven con mejores ojos a Pesati que a otras figuras como Martín Doñate”, explica Díaz. “Sin embargo, el peronismo sigue atrapado en su propio laberinto, donde todos hablan de unidad pero quieren encabezar las listas”.
La indecisión también alcanza al gobernador Alberto Weretilneck, quien, según confesó recientemente, aún no ha definido su posición frente al gobierno nacional. Para Díaz, esta indefinición es insostenible: “O se alinea con Milei, o se enfrenta a él. Si no toma una decisión, perderá la banca de senador y de diputado que hoy ostenta su espacio”.
Participación electoral: una variable preocupante
Otro tema clave es la baja participación electoral registrada en las últimas elecciones. En CABA, por ejemplo, la cifra fue particularmente llamativa, aunque con un matiz que pocos consideraron: en los últimos dos años, el padrón se incrementó en 500.000 electores extranjeros que aún no han desarrollado afinidad política con los partidos argentinos. “Esa falta de pertenencia política explica gran parte de la abstención”, aclara Díaz.
Curiosamente, a pesar de la baja participación, la mayoría de los partidos (excepto el PRO) obtuvieron más votos que en elecciones anteriores. La Libertad Avanza duplicó su caudal electoral, y hasta el peronismo creció en cantidad de votos, aunque perdió la contienda.
En provincias como Salta, el contexto es diferente. Allí, la geografía y la estructura social influyen directamente en la participación. “La gente que vive en zonas rurales muchas veces no encuentra sentido a trasladarse para votar en elecciones donde no se elige presidente, gobernador o intendente”, explica Díaz. “Y además, el sistema de boletas largas y colectoras confunde y desalienta”.
A esto se suma una campaña electoral alejada de los problemas reales de la gente. “Las campañas hablan de cualquier cosa menos de las soluciones concretas. Y eso también desalienta la participación ciudadana”, advierte.
La necesidad de definiciones urgentes
De cara a octubre, el panorama político en Río Negro y el resto del país requiere de definiciones claras. El electorado, polarizado por la figura de Milei, exigirá de los dirigentes posicionamientos sin ambigüedades. La vieja lógica de la «unidad con condiciones» parece haber perdido vigencia.
La figura de Javier Milei domina la escena política y su estrategia apunta a consolidar ese liderazgo a través de cada elección local, convirtiéndolas en un referéndum sobre su gestión. En ese marco, quienes se oponen a su gobierno enfrentan el enorme desafío de superar egos, estructuras partidarias rígidas y una desconexión creciente con los votantes.
Tal como advierte Díaz, “la elección de octubre no se trata solo de elegir diputados o senadores. Se trata de definir el rumbo del país”.