Durante los primeros cinco meses de 2025, las exportaciones desde el Puerto de San Antonio Este (SAE) registraron una baja significativa, lo que encendió las alarmas en el sector frutícola de la región del Valle.
Según un informe reciente de la Terminal Portuaria Patagonia Norte (TPPN), entre enero y mayo se despacharon 104.076 toneladas de fruta, lo que representa una retracción interanual del 25%.
El retroceso más pronunciado se evidenció en las peras, cuyas exportaciones cayeron un 30% en comparación con el mismo período de 2024. De acuerdo al relevamiento, se enviaron 89.500 toneladas menos. En particular, hacia Brasil —uno de los destinos clave— apenas se exportaron 46 toneladas, un desplome del 99% respecto a las 16 mil toneladas embarcadas el año pasado.
También se observaron caídas en otras frutas: las manzanas bajaron un 15%, con 11 mil toneladas exportadas, y las ciruelas cayeron un 18%, con 664 toneladas embarcadas.
Pese a este panorama, Rusia se mantuvo como el principal mercado para la producción regional. En lo que va del año, recibió 47.451 toneladas, un 3% más que en 2024, representando el 45% del total exportado desde SAE. Las peras siguen liderando con 42.000 toneladas enviadas, seguidas por 2.772 toneladas de manzanas.
Facundo Fernández, secretario de Fruticultura de Río Negro, se refirió a la situación. “Preocupa toda la situación de la fruticultura en general y la caída en las exportaciones por nuestro puerto es una muestra. Es paradójico, pero a pesar de la carga impositiva y el tipo de cambio anclado, el sector frutícola demuestra una gran resiliencia. De hecho, aumentó un 5% el volumen de producción para exportar en comparación con el año pasado, pero en el puerto cayó más del 20%”, señaló.
Fernández apuntó contra los altos costos del sistema impositivo argentino y su impacto en la competitividad: “No podemos tener un dólar anclado y una carga impositiva que representa más del 60% del costo de cada sueldo en una compañía. La mano de obra ocupa el 55% del costo de la fruticultura, y si se la recarga de impuestos, terminamos pagando más de la mitad en cargas, frente a competidores que tienen costos laborales mucho más bajos”.
Como propuesta, sostuvo que “los incentivos a la exportación y la reducción de impuestos permitirían amortiguar el impacto del tipo de cambio. Si mejoramos nuestro esquema de costos, si accedemos a créditos de largo plazo para incorporar tecnología, podemos competir sin miedo, incluso con un dólar bajo”.
Finalmente, advirtió que “la coyuntura es muy compleja. Creemos que el gobierno nacional está bien orientado en cuanto a algunos cambios laborales y reducción de impuestos, pero hoy esas medidas llegan a destiempo respecto del ciclo productivo. No podemos esperar una temporada más. Se siguen abandonando hectáreas y hay empresas que, pese a ser eficientes, están buscando fondos para capital de trabajo”.
