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SALUD Y DEPORTES EXTREMOS.

Los deportes extremos están de moda. Su filosofía parece ser la de que a mayor riesgo, mayor es la satisfacción. Adrenalina lo llaman. Y así puede ser, pero ello significa que los deportes extremos son, o pueden ser, enemigos “extremos” de la salud. No hay una definición específica, pero en general los deportes extremos son actividades que por su naturaleza ofrecen un elevado grado de peligro y riesgo. Suelen ser practicados más por individuos que por equipos. Los deportes más conocidos son paracaidismo, salto BASE, bucear por cuevas, ala delta, kitesurf, motocross, escalada o kayak por aguas rápidas, pero hay muchos otros (de carácter más urbano”, los relacionados con monopatín, la bicicleta o el parkaour).

¿Riesgos?

Según un estudio presentado en 2014 ante la Academia de Cirujanos Ortopédicos de Estados Unidos, más de cuatro millones de lesiones en un período de 11 años se han atribuido a la práctica de deportes extremos. Los accidentes propios de estas prácticas desembocan en la muerte o en lesiones gravísimas, ya que «la energía que se libera en el momento del impacto del cuerpo contra una superficie dura da lugar a politraumatismos muy graves».

Sus principales riesgos son los asociados a velocidad y altitud. Además de estos, los riesgos pueden provenir de la falta de control o de la búsqueda de los límites fisiológicos del ser humano.

La gente joven suele mostrar poco juicio y además  también es un problema cultural que habilita a que estos intenten hacer esas maniobras arriesgadas y  compartir sus logros por las redes sociales.

Parte de la vida.

Pero, ¿son en verdad estos deportes más riesgosos que una actividad de la vida diaria? Los cierto es que son muchas las variables para determinar los riesgos y más las opciones que tienen las personas para decidir cómo quieren aprovechar su «ración» de riesgo al día, como conducir un automóvil a 300 kilómetros, rodar 32 kilómetros en bicicleta, esquiar o simplemente subir a una escalera para adornar la casa.

Pero como ninguna de estas actividades de la vida diaria son tan atractivas, o diferentes, o te llenan de adrenalina y ni están de moda no es extraño entender el por qué la gente prefiere aumentar el riesgo a su vida diaria.

A fin de cuentas la principal recomendación para reducir el número de lesiones no se debe al deporte en sí, sino a la falta de prevención que asumen quienes lo practican, que no aplican suficientes medidas de seguridad.

Dr. Edgar Torres, traumatólogo, Hospital A. Serra.

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