La planta pesquera Río Salado atraviesa una situación crítica que mantiene en vilo a sus trabajadores, quienes enfrentan deudas salariales que incluyen quincenas, aguinaldos y vacaciones atrasadas.
En medio de este panorama, surge un rayo de esperanza: empresarios coreanos estarían interesados en adquirir la empresa, según confirmó Juan Ortíz, secretario adjunto del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA).
En declaraciones recientes, Ortíz detalló que se está trabajando intensamente para garantizar que la empresa cumpla con las obligaciones laborales pendientes. “La semana pasada se pagó la segunda quincena de diciembre de 2024, pero todavía queda pendiente la primera quincena de enero, el aguinaldo y las vacaciones. Esperamos que la venta de la mercadería almacenada permita saldar parte de esas deudas esta semana”, explicó el dirigente sindical.
Además, Ortíz destacó que la posible venta de la planta a inversores coreanos podría representar una solución a largo plazo para preservar las fuentes laborales y reactivar la producción. “Es una situación muy compleja, con una deuda importante, especialmente con la AFIP y otros acreedores. El futuro comprador deberá asumir compromisos para garantizar la continuidad del personal, respetar la antigüedad y las escalas salariales, y reactivar la planta lo antes posible”, sostuvo.
Por su parte, Jessica Ressler, subsecretaria de Pesca de la provincia, informó que los empresarios coreanos visitarán la planta esta semana para evaluar la viabilidad de la operación. Mientras tanto, el gremio, junto con las autoridades locales, sigue trabajando para proteger los derechos de los trabajadores.
El panorama, aunque complejo, deja espacio para el optimismo. “Esperamos que estas negociaciones lleguen a buen puerto y que los trabajadores puedan recuperar la estabilidad que tanto necesitan”, concluyó Ortíz.
Ortíz también se refirió a la planta de Sierra Grande, donde las negociaciones para formalizar un acuerdo estarían avanzadas y se espera una resolución en las próximas horas. “Con la producción de trucha y langostino, hay posibilidades de mantener una continuidad laboral para los trabajadores de esa región”, indicó.
En cuanto a Harinas San Antonio, Ortíz reconoció que la planta sigue operando. “Es una planta necesaria para la actividad industrial, con 15 trabajadores que dependen de ella, igualmente se mantiene bastante bien”.