De cara a la temporada de verano, el subsecretario de Comercio de San Antonio Oeste, Sebastián Senger, adelantó que uno de los ejes de trabajo será el ordenamiento de la venta ambulante en la playa y la presencia de manteros en la peatonal, dos situaciones que generan tensiones con el comercio formal. Además, confirmó que se reforzarán los controles bromatológicos y se avanzará en capacitaciones junto a la provincia para el sector gastronómico.
“Estamos planificando, tratando de ordenar, a ver cómo lo llevamos a cabo. Es algo que para mí va a ser el primer verano, así que estoy intentando ser lo más minucioso posible e intentar hacerlo lo mejor que pueda”, señaló Senger en declaraciones radiales.
El funcionario explicó que la venta ambulante en la playa y el comercio informal en la peatonal Viedma serán dos temas sensibles. “Yo creo que todo esto siempre se resuelve con tiempo y hablando antes de que suceda. Estamos generando una reunión con ellos, queremos sentarnos a charlar, buscar una solución entre las partes y ponernos de acuerdo en cómo trabajar”, afirmó.
Senger advirtió, no obstante, que el municipio tiene la responsabilidad de defender a los comerciantes locales que realizan fuertes inversiones. “El mantero es una venta desleal. También sabemos las necesidades que existen, pero si tenemos que soportarlas entre todos, tiene que ser de nuestros vecinos. La venta ambulante de playas tiene que ser para nuestra gente de Las Grutas y San Antonio, no para que venga alguien de Roca a vender choclos en nuestra playa”, subrayó.
Respecto a la posibilidad de reubicar a los manteros en espacios alternativos, como plazas o sectores cercanos a la peatonal, reconoció que esas experiencias han fracasado en el pasado porque los vendedores “no respetaron los acuerdos”. En ese sentido, fue categórico: “Si no cumplen lo que acordemos, lamentablemente tendremos que levantar sus productos y retenerlos, porque debemos mediar por la convivencia y cuidar a nuestros comerciantes”.
Bromatología y capacitaciones
El subsecretario también puso el foco en la necesidad de intensificar los controles sanitarios durante la temporada. Destacó que en apenas dos meses de gestión ya se realizaron entre 500 y 600 inspecciones en comercios gastronómicos. “No salimos a perjudicar a nadie, pero sí a cuidar a la comunidad. La idea es que cada consumidor pueda ir tranquilo, que el comerciante entienda que vender comida no es algo liviano, porque hay que cuidar la salud de las personas y de los niños que van a consumir”, explicó.
Además, anticipó que en diciembre se realizarán capacitaciones obligatorias en conjunto con la provincia, destinadas a carnicerías y pollerías. “La provincia va a dar cursos para evitar pérdidas económicas como las que sufrieron muchos comerciantes hace dos meses por desconocimiento. Queremos que tengan la capacitación necesaria para trabajar de manera segura y reglamentada”, sostuvo.
Senger señaló que la irrupción de los food trucks también demanda un esquema coordinado de controles y que se trabaja en un plan específico en articulación con las autoridades provinciales.
En el cierre, reiteró que el objetivo es lograr un equilibrio: “Debemos cuidar a quienes invierten y generan empleo formal, pero también dar respuesta a las necesidades de nuestra gente local. Con diálogo y reglas claras vamos a intentar ordenar el verano”.