Sportivo Ferrocarril volvió a gritar campeón después de ocho años y el logro tiene un sabor especial para todo el club. Ariel Pacheco, referente de la institución y parte del cuerpo técnico que acompañó a las tres categorías durante este año, expresó una profunda emoción al analizar el camino recorrido y el proceso que los llevó a consagrarse.
“Fue un torneo muy ansiado después de tanto tiempo. Yo no me esperaba volver a Ferro ni dirigir, estaba en otra etapa. A veces iba a la cancha y a veces no, por temas familiares o porque todavía sigo jugando al fútbol. Pero los chicos me invitaron a sumarme este año y acepté. Estoy muy contento por todo lo que pasó este fin de semana”, señaló.
Pacheco recordó que su familia estuvo alejada del club por un tiempo y que volver no fue sencillo. “Nosotros nos habíamos alejado por cuestiones que todos conocen. Después el grupo siguió, se detuvo, pasaron muchas cosas. Más tarde los chicos me invitaron a formar parte y fue un proceso importante porque yo venía de la escuela futbolística de Ferro de antes. Volver ahora, con torneos distintos, fue un desafío enorme”, contó.
El referente también recordó el último título del club, hace ocho años, cuando él aún jugaba. Desde entonces, el trabajo fue progresivo: “El primer torneo no fue difícil, pero sí implicó juntar el grupo. Cuando tenés un equipo bien formado, con el tiempo llegan los resultados. En ese momento quedamos cerca, pero las infantiles sí salieron campeonas. Este torneo nos sirvió para ajustar muchas cosas y mejorar”.
Ariel destacó el acompañamiento de todo el equipo de trabajo: “Atrás mío están Ramiro, Chacho, Leo Feltaño, Facundo Fernández, Martín Rodríguez, Martín Rolando, Fernando Meza… es un grupo hermoso. Este torneo que ganamos es fruto de todos ellos”.
Recordó además un viaje clave a Río Colorado y las emociones que vivió vinculado a la memoria de su padre, Tito Pacheco, figura muy querida del fútbol local. “Papá está presente en todo. Los chicos de Talleres también lo recuerdan. Él dejó un legado, y nosotros lo seguimos. Ahora mi mamá vuelve a la cancha, mi nena también… la hinchada volvió a Ferro como en los tiempos de antes”.
Ariel reconoció que intenta transmitir a los chicos lo que aprendió de su padre, aunque remarcó que no intenta reemplazarlo: “Yo no soy igual que mi viejo. Aprendí muchas cosas de él y de otros técnicos. Cada uno te deja una enseñanza. Lo importante es que los jugadores entiendan que esto es fútbol: se gana, se pierde o se empata, pero siempre dejando todo”.
El proyecto de Ferro apuesta fuerte a los juveniles, tal como lo hacía su padre: “Hoy hay chicos de 15 o 16 años jugando en categorías mayores. En primera ya tenemos menores de 18. Esos chicos dan frutos. Este grupo está armado y va a quedar más allá de quién dirija el año que viene”.
Pacheco confesó haber dejado de jugar para dedicarse por completo al club. “Estoy al cien por cien con los chicos. Voy a ver desde la octava hasta el femenino. Los sábados y domingos estoy en la cancha. En mi casa me quieren matar, pero mi vieja me dice: ‘sos igual que tu viejo, seguí para adelante que los resultados llegan’”.
Sobre lo que viene, el entrenador señaló que Ferro podría disputar nuevas finales e incluso torneos regionales: “Ojalá podamos jugar un Argentino o un Federal, se verá en estos días. Marcelo, que dio muchísimo en Talleres, también se merece reconocimiento. Acá todos nos alentamos entre clubes, eso es lo lindo del fútbol”.
Finalmente, adelantó que el club trabaja para poder ser local en su propio predio: “Estamos metiendo muchas cosas ahí. Ojalá el año que viene podamos jugar en nuestra cancha. Ya la alambreada está en marcha, pero cuesta. Igual seguimos con fe”. (nacionescriba.com.ar)


