Una mediación judicial permitió reunir a dos hermanos, uno de ellos padece una discapacidad





Una mediación logró recomponer la comunicación entre hermanos: uno atraviesa la vida con el desafío de la discapacidad.


La vida de Cristian no fue un sendero llano, pues no solo debía enfrentar las limitaciones impuestas por su condición, sino también lidiar con la desolación al perder a sus progenitores. Mayor de edad, luchaba por completar sus estudios primarios. Aislado en la casa familiar, debió abandonarla a raíz de un malentendido con su hermano. La mediación surgió como un faro, ofreciéndole un hogar y el abrazo cálido de la contención.

Con lenguaje sencillo, en la mediación se logró tejer un acuerdo en una localidad del Alto Valle. Su propósito, brindar a Cristian una existencia de mayor plenitud. Cristian es un seudónimo, para preservar su intimidad.

En una primera instancia, el Poder Judicial avaló la figura de apoyo para el joven, reconociendo sus limitaciones. Dos tíos, testigos del tiempo, se convirtieron en pilares vitales para él.

Sin embargo, Cristian supo mantener una rutina en la soledad de la casa paterna. A medida que el proceso de sucesión se desplegaba, comprendió que debía dejar su hogar.

En ese crítico momento, la defensa pública del Alto Valle emprendió una mediación para hallar una solución habitacional.

Una mediación proporcionó un espacio de consuelo y escucha. Allí se hilvanó un entendimiento entre el hermano y los tíos, quienes ejercían un apoyo crucial.

Como fruto de aquella reunión, se robustecieron los hilos de comunicación en la familia. Cristian, a pesar del curso del trámite sucesorio, vio la posibilidad de regresar al hogar familiar. Su hermano se comprometió a construir puentes, a crear herramientas que facilitaran un diálogo amable y comprensible, ajustado a las limitaciones de su ser querido.

La mediación, es parte de la esencia de la política judicial. Una senda que conduce a soluciones que encajen para todos los involucrados. Es gratuita, obligatoria en ciertos asuntos y mucho más ágil que el sistema litigioso tradicional.

El Poder Judicial, con sus Centros Integrales de Métodos Autocompositivos de Resolución de Conflictos, ofrece el servicio en las cabeceras de las ciudades. Además, extiende sus ramas, delegaciones descentralizadas, en otras regiones. En este tiempo, se ha fortalecido el trabajo de la defensa pública, un equipo de defensores y defensoras consagrados a guiar a las personas en mediaciones, con funcionarias adjuntas comprometidas en su labor.

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