Con el frío acechando y las temperaturas descendiendo, los hogares de Río Negro reciben un duro golpe económico con el inicio del tarifazo de gas. Las nuevas facturas traen consigo aumentos promedio del 500%, impactando especialmente a aquellos con menores consumos.
En medio de una crisis económica que ya ha dejado su huella en los bolsillos de los ciudadanos, las facturas de gas ahora se suman a las preocupaciones financieras. Con aumentos principalmente en el cargo fijo de la factura y los costos de las transportadoras, los usuarios se enfrentan a una difícil situación para mantener el calor en sus hogares sin desangrar sus finanzas.
La situación se agrava al considerar que estos incrementos, dejando pocas opciones para aliviar la carga económica. Aunque se intente reducir el consumo, las tarifas apenas muestran signos de disminución, ya que los aumentos se aplican sobre categorías fijas.
La ironía no pasa desapercibida al observar que la regiónde la Patagonia, principal productora de gas natural del país, sufre los embates más duros de esta política tarifaria. Con importantes yacimientos como Vaca Muerta y la Cuenca Austral, es difícil de entender por qué los usuarios de la región se ven afectados de esta manera.
Comparado con los aumentos de años anteriores, la magnitud del tarifazo actual es alarmante. Mientras que en la gestión previa los incrementos rondaban el 277% y el 251%, el gobierno actual liderado por Javier Milei ha más que duplicado estas cifras en tan solo cuatro meses.
En medio de un invierno que se preanuncia intenso, los hogares de Río Negro enfrentan una encrucijada: calefaccionarse a costos exorbitantes o arriesgar la salud en un intento por reducir las facturas. Con el poder adquisitivo en picada y la incertidumbre económica en aumento, el tarifazo de gas solo agrega más presión a una situación ya de por sí difícil.