¿A qué se conoce como “la rodilla del saltador”?. La rodilla del saltador o tendinitis rotuliana es una enfermedad causada por la inflamación crónica del tendón rotuliano, que es una estructura que une a la rótula con la tibia. Se llama así porque ocurre en deportes en los cuales el tendón rotuliano sufre impactos súbitos como al saltar. El efecto repetido y continuo de los impactos, cuando no se deja tiempo suficiente para la recuperación, ocasiona una tendinitis crónica del tendón rotuliano.
¿Cuáles son los síntomas?
El síntoma principal es el dolor justo debajo de la rótula, donde comienza el tendón rotuliano. El dolor se agrava cuando realizamos una actividad física, y mejora cuando estamos en reposo. Según su gravedad se puede clasificar en diferentes grados:
Grado I. Dolor sólo después de entrenar.
Grado II. Dolor antes y después de entrenar, pero mejora al calentar.
Grado III. Dolor durante la actividad y que dificulta el desempeño deportivo.
Grado IV. Dolor con las actividades diarias.
¿Cómo se diagnostica la tendinitis rotuliana?
El especialista realiza un diagnóstico mediante el interrogatorio y el examen físico. La radiografía puede ser necesaria para descartar otras patologías. La ecografía puede ser de utilidad en manos de operadores idóneos. En algunas ocasiones es necesaria la resonancia magnética para descartar rupturas del tendón, en especial en las tendinitis grado III y grado IV.
¿Cómo se trata la rodilla del saltador?
Inicialmente solo reposo, analgésicos y hielo local. El uso de férulas para la rodilla puede ser útil, también el ultrasonido y el calor profundo. Es muy importante fortalecer los cuádriceps en la rehabilitación. El tendón rotuliano no se debe infiltrar con esteroides, porque se debilita y puede romperse. La cirugía sólo se reserva a casos resistentes a todos los tratamientos anteriores.
Dr. Edgar Torres, traumatólogo, Hospital A. Serra.