El delegado de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) en San Antonio Oeste, Héctor Cayunao, advirtió que la desocupación en la ciudad y su zona de influencia “es grandísima” y confió en que los proyectos del Oleoducto Vaca Muerta Sur y la futura planta de gas natural licuado (GNL) reactiven la demanda laboral.
“Todos los días recibimos currículums de gente de todos los rubros; incluso pescadores o porteros que se quedaron sin empleo”, sostuvo Cayunao en diálogo radial. “Hoy el sindicato funciona como contención de muchas actividades paralizadas”.
Según el dirigente, unas 40 a 50 personas del ejido sanantoniense ya ingresaron al oleoducto, mientras que “otras 30 o 40” tienen los exámenes preocupacionales aprobados y aguardan el llamado, “dependiendo del avance de la obra”. El cupo se comparte con trabajadores de Viedma, Río Colorado, Conesa y la Línea Sur a través de una bolsa de empleo única.
Cayunao explicó que las empresas priorizan perfiles con aptitudes específicas—desde operar maquinarias pesadas hasta trabajos en altura—y endurecieron los requisitos médicos: “Si tenés sobrepeso o problemas de salud, quedás afuera. También hacen controles de sustancias muy estrictos”.
En contraste, el panorama del ladrillo chico “viene en baja”. El gremialista citó el caso de un edificio privado en Las Grutas que “estuvo a punto de paralizarse” y hoy trabaja con dotaciones mínimas. El encarecimiento de los materiales y la pérdida de poder adquisitivo frenaron nuevas obras: “Hay albañiles que terminan cobrando solo para comer”, graficó.
Cayunao confirmó que la ampliación de la terminal de ómnibus local permanece detenida desde el cambio de gobierno nacional. “No llegó más financiamiento y, con la obra pública paralizada en todo el país, es muy difícil que se reactive”, dijo, descartando la versión de que un “buen vecino” invertiría 120 millones de pesos para retomar los trabajos.
Frente a la modernización de técnicas—revocos mecanizados, uso de arneses y pistolas clavadoras—la UOCRA impulsa cursos gratuitos a través de la fundación CIFIC. “No es lo mismo revocar a dos metros que a veinte, colgado de un andamio”, subrayó Cayunao, quien insistió en la prioridad de la seguridad: “Uno sale de casa para volver igual; si perdés media hora ajustándote el arnés, vale la pena”.
Aunque el arribo del GNL ilusiona al sector, el delegado llamó a evitar “falsas expectativas”. “El trabajo llegará de a poco y con exigencias; nuestro deber es mediar para que los compañeros entren en condiciones dignas y capacitadas”, concluyó.