A cuatro años de haber recibido sus terrenos, familias del loteo Expansión Norte continúan sin acceso regular a servicios esenciales como agua, luz, gas y alumbrado público. Lucas, uno de los vecinos del sector, describió una situación que calificó como “insostenible” y que afecta a unas veinte familias que ya habitan el lugar.
“El problema más grave es el agua. Tenemos una manguera comunitaria que conecta con una cisterna construida por el municipio en la entrada a los piletones, detrás de la planta de Quilmes. De ahí, mediante una bomba, se distribuye hacia tres manzanas del barrio, pero no alcanza. Nos tenemos que turnar para cargar agua y, si la cisterna se queda vacía, nos quedamos sin nada”, relató Lucas.
Según explicó, la empresa Aguas Rionegrinas advirtió que no garantiza el abastecimiento de esa cisterna en temporada alta, lo que deja a las familias a merced de cortes prolongados. “Imaginate querer tirar la cadena del baño y no tener agua, o querer bañarte y tener que irte a otro lugar”, dijo.
La situación eléctrica tampoco es mejor. “Hay baja tensión y un solo foco de alumbrado público. Si entrás de noche, está todo oscuro. No tenemos gas natural y usamos leña para calefaccionarnos. Yo trabajo haciendo planos y la computadora se me apaga todo el tiempo por los cortes de luz; si no guardé el archivo, lo pierdo. Sin estabilizador, se te quema cualquier artefacto”, afirmó.
Lucas señaló que cuando recibieron los terrenos, el compromiso era que en un plazo aproximado de dos años se colocarían los servicios básicos, especialmente luego de cubrir el 30% del valor del lote. “Ya pasaron cuatro años y nada. Los funcionarios responsables no dan la cara. Nosotros nos organizamos para comprar mangueras, pero de parte de la municipalidad no hay predisposición. Nos cobran tasas e incluso alumbrado público, cuando solo hay un foco en la calle”, denunció.
Otro punto que preocupa a los vecinos es la falta de control sobre la venta y reventa de lotes. “Hay gente que paga y está viviendo, y son los más perjudicados, porque cumplieron y siguen esperando lo prometido. Mientras tanto, se siguen entregando terrenos sin servicio, acumulando deudas con los barrios que ya están”, advirtió.
En el barrio, las limitaciones también traban la posibilidad de conformar una junta vecinal. “No podemos tener título hasta que no tengamos los servicios, y sin título no podemos formalizarnos. Es un círculo vicioso”, lamentó.
La problemática ya había tenido repercusión el año pasado, cuando se anunció con “bombo y platillo” la instalación de una cisterna para la provisión general de Expansión Norte. Sin embargo, los vecinos aseguran que el sistema actual no garantiza el abastecimiento sostenido y que la calidad del agua les genera desconfianza.
“Es imposible vivir así. Nos dieron los terrenos por una emergencia habitacional, pero nos están haciendo imposible quedarnos. Cada vez hay más gente construyendo, y eso solo agrava la situación. Queremos vivir en nuestras casas, pero necesitamos lo básico para hacerlo”, concluyó Lucas.
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