En el marco de las inspecciones bromatológicas realizadas en el ejido sanantoniense, Mario Hernández, subsecretario de Control Comercial y Tránsito Municipal, se refirió a los controles llevados a cabo en comercios y establecimientos gastronómicos.
Hernández explicó que las inspecciones responden a diversas denuncias y buscan garantizar el cumplimiento de las normativas sanitarias. «Un ejemplo fue lo sucedido en una carnicería donde se encontraron restos de roedores. Durante la inspección, al revisar la mercadería, detectamos que el pan rallado contenía contaminantes provenientes de los proveedores. Esto demuestra que es una cadena y que debemos controlar todo el proceso», sostuvo el funcionario.
Asimismo, destacó la importancia del curso de manipulación de alimentos, exigido a los empleados para evitar negligencias. Sin embargo, indicó que el problema también radica en los propietarios de los locales, quienes en ocasiones desconocen las normativas y permiten errores graves. «Por ejemplo, cuando llegan los lácteos y, debido a la cantidad de clientes, los dejan en la vereda perdiendo la cadena de frío», mencionó.
Otro problema recurrente es la incorrecta organización de los productos dentro de los establecimientos. «En algunas inspecciones encontramos el alimento para perros junto con verduras. No lo hacen con mala intención, sino por desconocimiento», agregó Hernández.
Por otra parte, el subsecretario se refirió a las denuncias entre comerciantes, una situación que se ha vuelto frecuente en la temporada alta. «Nos llegan fotos que muchas veces no son reales, y vemos que hay denuncias cruzadas entre comercios, lo que genera conflictos innecesarios», indicó.
Otro de los reclamos frecuentes es el de los ruidos molestos en zonas comerciales y turísticas. «Sabemos que en temporada alta la actividad comercial se intensifica y todos buscan aprovechar los 40 o 50 días de mayor afluencia. Sin embargo, hay quienes no consideran el impacto en los vecinos», explicó.
En particular, mencionó el caso de una hamburguesería ubicada en la Segunda Bajada, que ha generado quejas por el volumen alto de la música. «Primero advertimos y luego sancionamos. En este caso, el propietario fue notificado, pero reincidió, por lo que se procedió a infraccionarlo», afirmó Hernández.