Ante una ausencia total de controles en Río Negro se realizó una matanza de juveniles de hubbsi en aguas del Golfo. Luego de tres días de navegación los barcos llegaron a puerto con solo tres cajones de langostino.
Los barcos de San Antonio Oeste, Río Negro, prospectan sin dirección ni control del Estado el Golfo San Matías. Volvieron a zarpar luego de una prologada medida fuerza, generada por el enfrentamiento entre funcionarios y artesanales por el otorgamiento de nuevos permisos; pero lejos de recolectar el langostino por el que habían peleado, se encontraron con merluza hubbsi juvenil que descartaron en su totalidad.
Durante tres días las embarcaciones recorrieron el Golfo San Matías sin poder dar con el crustáceo. Lances de una hora aproximadamente llegaban llenos de juveniles de merluza. “Cuatro bolsas de carioca y tres cajones de langostino, eso es lo que sacamos, otros ni eso”, reveló un tripulante.
En la zona estaban operando cuatro barcos con una capacidad de bodega de entre 200 y 600 cajones, sin observador ni inspector a bordo que pudiera verificar el daño. El manejo de la pesquería está en manos de los pescadores, que deciden si vuelven a salir porque las autoridades no monitorean ni administran el cierre o aperturas de áreas en función de los rendimientos y el by catch.
Ayer, casi al mismo tiempo en que los barcos llegaban con capturas que apenas alcanzaron para cubrir la propina de los pescadores, se presentó con bombos y platillos el “Proyecto sobre Monitoreo de la Pesquería del Recurso Langostino en el Golfo San Matías correspondiente a la temporada 2016-2017”.
El informe “comprende las zonas de operación de la flota monitoreada por satélite, proporción de tallas y sexo de la captura, variación estacional de proporciones de individuos maduros, información preliminar del ciclo de reproducción y una cuantificación de la fauna acompañante de la pesquería”, según informaron desde el Ministerio de Agroindustria.
A la luz de lo que está sucediendo en sus narices, sería interesante que los funcionarios comiencen a trabajar en el manejo de los recursos, tanto del langostino como de la merluza, antes de que sea tarde. El langostino es una especie nueva para el San Matías, pero los problemas de manejo y administración son de vieja data y bien conocen los sanantonienses cuáles fueron las consecuencias. (Por Karina Fernández – Revista Puerto)