Operaron en la costa patagónica 302 barcos aumentando el esfuerzo en 17% pero las capturas crecieron solo un 4% con una variación interanual muy inferior a la de 2016 y 2017.
Advierten que existe el peligro latente de sobredimensionamiento de flota que puede afectar la sustentabilidad y disminuir los desembarques. Se descartó el 16% de la captura total. Reclaman observadores en la flota fresquera.
Los investigadores del Programa Langostino del INIDEP presentaron al Consejo Federal Pesqueros dos importantes informes de evaluación de la pesquería en la temporada 2018. En uno se resume la evolución de la pesquería, mientras que en el otro se brindan datos fundamentales aportados por los observadores a bordo. La falta de interés de la Autoridad de Aplicación por dar cobertura de observadores a la flota fresquera impide tener una real dimensión del impacto de esa flota sobre el recurso, pero pese a ellos los resultados obtenidos son sorprendentes.
La necesidad de llevar a cabo un mejor manejo del recurso para evitar la sobrepesca del reclutamiento y evitar el aumento del esfuerzo pesquero en la temporada 2019 se encuentra presente en los dos informes y se destaca el descarte de langostino consumado por la flota durante los meses de mayor producción. “Los peligros de sobredimensionamiento de la flota está latentes, pudiendo generar disminuciones en los rendimientos de las capturas de langostino, en los potenciales padres y por lo tanto disminuciones en los desembarques”, se indica en uno de los párrafos más sobresalientes. El dato curioso es que el José Américo, barco ilegal de la firma Moscuzza, fue uno de los que más pescó.
El informe final indica que la temporada 2018 volvió a romper el récord en el volumen de langostino descargado. Se contabilizaron 252.715 toneladas, un 4% superior a lo declarado en 2017 y se convirtió en la sexta temporada consecutiva en la que se superaron las 100.000 toneladas. Sin embargo el esfuerzo aplicado fue 17% mayor con respecto al año anterior y las capturas por unidad de esfuerzo (kilos por hora) fueron menores a las de las temporadas 2016 y 2017.
El número total de barcos que declararon langostino fue de 302; el 32% de ellos (96 unidades) fueron congeladores y el reto barcos que operaron al fresco (208 unidades). El valor máximo mensual de barcos que operaron al mismo tiempo sobre el langostino fue de 207 en el mes de septiembre, 32 más que un año antes en el mismo mes.
El informe de observadores agrega que la evolución de la captura por unidad de esfuerzo (CPUE) y la evolución de barcos pesqueros en operaciones desde el año 2011 al 2018 muestran un aumento progresivo de las CPUE hasta la temporada 2015; y que desde ese año y hasta la última temporada, la CPUE ha presentado un descenso continuo. Al mismo tiempo que “se produjo un aumento en el esfuerzo pesquero en cuanta al número de barcos y al número de días que operaron sobre el recurso”.
El análisis por estrato de flota muestra que el 48% del volumen declarado proviene de barcos congeladores; el 26% de barcos costeros menores de 21 metros que disminuyeron su participación por cuestiones sindicales y climáticas; el 22% de barcos fresqueros y el 4% restante de barcos de rada-ría menores a 10 metros que muestran un aumento atribuido a una mejor cobertura estadística.
El 78% de la captura de langostino provino de aguas de jurisdicción nacional. Las capturas realizadas en aguas de la provincia de Chubut correspondieron al 21% y el resto se pescó en el Golfo San Matías, jurisdicción de Rio Negro (1%). El 100% de los desembarques provienen de langostino capturado al sur del paralelo 40ºS.
La particularidad de este año fue que las provincias de Chubut y Santa Cruz decidieron no abrir la pesca comercial de langostino en el Golfo San Jorge con el objetivo de proteger a los reproductores y reclutas a solicitud del Consejo Federal Pesquero; y por lo tanto la captura declarada de la provincia de Chubut corresponde a operaciones de pesca realizadas en Rawson. (Fuente Revista Puerto)