HISTORIAS SANANTONIENSES. En 1962 se fundó la Sociedad de Bomberos Voluntarios de San Antonio Oeste. Su creación fue producto de una iniciativa de Isaur Ader, que supo entusiasmar a una docena de vecinos y conseguir el apoyo de las autoridades provinciales.
El primer cuartel se instaló en un galpón ubicado en el patio de la ex residencia de la firma Lahusen y Cía. El propio Ader, autodidacta en el arte de matar fuegos, presidió la sociedad y dictó las primeras clases de instrucciones a los doce voluntarios entre los que se destacan apellidos como Fuentealma, Morello, los hermanos Allende.
Al poco tiempo, los aprendices recibieron los aportes de un bombero instructor, enviado por la Policía de la Provincia, que asistió con sus conocimientos al cuerpo.
Fruto del esfuerzo común y el apoyo de la comunidad, la entidad logró comprar a los bomberos de Lanús (Bs. As.) los primeros elementos necesarios para la actividad, y obtuvo, aunque usado, su primer camión cisterna y ese día fue la fecha establecida por acta de su inicio institucional: el 11 de mayo de 1963.
Hacia 1970, a menos de una década de su creación, el cuerpo de Bomberos Voluntarios inauguró el nuevo edificio para el cuartel, con vivienda para el encargado, construido con el aporte del gobierno provincial donde actualmente se encuentra, en cambio los elementos y ambulancia como autobomba se adquirió con organizar carreras de caballos, bailes y rifas.
Celebran el 2 de junio
El próximo 2 de junio se celebra en Argentina el Día Nacional del Bombero Voluntario. Se cumplen 140 años de la fundación del primer Cuartel de Bomberos Voluntarios del país.
Un incendio producido en los primeros meses del año 1884 en una casa del barrio de La Boca, llevó al vecino Tomás Liberti a dar los primeros pasos hacia la formación de una sociedad cuyo principal objeto fuera el sostenimiento de una Asociación de Bomberos.
A los Bomberos Voluntarios nada los obliga, solo el dolor y la necesidad de los demás. Ese acto humanitario y desinteresado de amor al prójimo es su razón de ser, es el fuego que alimenta su pasión, es la esencia de la profesión.