La historia de Alex no ha sido sencilla. Está marcada por desafíos constantes en la lucha por su identidad, en la pelea contra el bullying y contra los estereotipos.
“Me di cuenta que quería este cambio porque desde muy chiquito no me sentía identificado con lo que estaba preestablecido en cuanto al género, los juegos que eran para nenes y los que eran para nenas. Todas las chicas en su niñez querían ser cocineras y yo un superhéroe o jugador de fútbol”, contó el joven rionegrino de 17 años.
«Mi familia está constituida por mi papá, mi mamá y una hermana mayor”. Ellos lo acompañaron en un proceso que comenzó a los 15 años.
“Al principio solo lo sabían mis amigos. Me costó mucho decirlo en mi familia. Tomó bastante tiempo el cambio. Siempre está ese primer `no´, por miedo. Después, con la ayuda del colegio y con el tiempo, empecé a ser más apoyado; ahora todo mi entorno me acompaña y me quiere tal como soy”, expresó.
Como otros chicos y chicas de la provincia, que ya comenzaron con los trámites para obtener el cambio registral, a través del Ministerio de Desarrollo Social, la decisión no fue fácil, llevó su tiempo: “Yo lo quería hacer desde mucho antes, porque sentía que a la hora de que me identificaran, por ejemplo, en la lista de la escuela, yo no le prestaba atención a mi nombre”.
Además, Alex relata cómo fue su lucha interior: “Tenía dos personalidades: la que mostraba en casa y la que mostraba con mis amigos de confianza. Fue muy complicado al principio vivir con estas dos personalidades, por miedo a qué dirán mis padres. Uno sabe que son los primeros que van a estar ahí, pero ¿qué pasan si no están?”.
Hasta que llegó el momento de abrir su corazón a su entorno, de manifestar aquello de lo cual estaba convencido desde muy pequeño. “Es todo un proceso, pero la verdad es que te cambia muchísimo, te cambia desde adentro”, reflexionó.
En el mismo sentido, Alex comenta que ese proceso “es doloroso, pero a la vez es muy liberador, sobre todo cuando las personas más importantes, como tu familia y amigos, te apoyan. Pude convencerme de la suerte que tengo de que sean parte de mi vida”.
Con su perseverancia, su valentía y convicciones logró obtener el Cambio Registral: “Se cambia el sexo de la persona y el nombre con el cual te registraron. Yo pasé a ser Alex”.