Nacido y criado en la provincia de Chubut donde vivió casi toda su vida, Puerto Deseado no sale de la congoja tras el homicidio de “Richi”. Hubo una íntima y emotiva ceremonia para despedirlo. Sus padres viajaron y estuvieron presentes. El recuerdo de sus seres queridos en el último adiós.
Ricardo Adrián Soto fue despedido el sábado por la tarde por su círculo más íntimo y sus compañeros de Prefectura Naval Argentina. La ceremonia fue muy emotiva. Mucha congoja en Puerto Deseado, una localidad de unos 15.000 habitantes en Santa Cruz, y donde casi todos conocían a “Richi”, ya sea por su labor en la Fuerza de Seguridad o por su faceta de músico en una banda de rock cristiana.
Fue alrededor de las 14:30 horas que la Justicia entregó el cuerpo a sus familiares para que posteriormente se iniciara el velatorio, en el Centro Cristiano «Jesús te Ama», ubicado en San Martín y Moreno de esa localidad portuaria. Allí, la Policía montó un operativo para que sólo estuviera una escasa cantidad de personas debido al aislamiento obligatorio que prohíbe la realización de este tipo de ceremonias masivas.
Muchos, entre uniformados, amigos y familiares, se reunieron en la esquina para despedir a «Richi». Su padre, que reside en San Antonio Oeste hace 10 años, y su madre, que vive en Las Heras, también estuvieron.
Dentro de la iglesia no podía haber más de 15 personas, la gente tenía que ingresar de a una y permanecer no más de 2 minutos, para dar lugar a las demás personas, hermanos, amigos, compañeros de trabajo y autoridades.
Las ofrendas florales llegaron de muchos lugares. De Prefectura, del Municipio, del Gobierno Provincial y obviamente de sus seres queridos. Cuando ya no quedó nadie por despedirse de “Richi”, hubo un cortejo fúnebre hasta el cementerio, donde esperaba una guardia de honor del personal de Prefectura.
“Su deceso ha causado un profundo pesar en el ámbito de la institución, todo el personal de la Fuerza acompaña a su familia con profundo dolor”, señalaron.
El Gobierno Nacional decretó duelo nacional por un día por la muerte del cabo primero en manos de Pedro Espinoza. En ese marco, plantea que, «en virtud de ello, resulta un deber del Gobierno Nacional honrar la memoria del Cabo Primero Ricardo Adrián Soto, con motivo de su lamentable muerte, en ocasión de hallarse cumpliendo con su deber como integrante de las Fuerzas de Seguridad». (fuente La Opinión Austral)