Alberto Weretilneck movió primero las fichas, no dejó tiempo a especulaciones, reunió la tropa, en un santiamén limaron asperezas, hicieron la foto de los candidatos y que los otros sigan con sus problemas.
Mostrar fortaleza es un mensaje hacia afuera, principalmente para los futuros contendientes que desde ayer solo hablan que JSRN ya empezó y que ellos aún debaten sus dificultades domésticas. “Juntos Somos Río Negro tiene muy en claro qué defiende y cuáles son sus intereses” dijo el senador a los suyos y fin de los internismos.
En Juntos por el Cambio, las cosas no quedaron bien tras las febriles horas pre cierre de las alianzas y el Frente de Todos es quien más postulantes posee. Justamente el peronismo reservó dos colores el Azul y el Celeste y Blanco, esto llamó la atención entre los afiliados.
Tras las declaraciones de Dalceggio en San Antonio, se supo que la alianza en Río Negro con el ARI y el PRO fue forzada, lo hizo saber la propia presidenta del partido, cuando señaló que a Tortoriello y Acevedo, lo hicieron volver desde el valle medio dónde se encontraban, para que se sienten a firmar entre las partes. A estos se le sumó el “pichetismo” con su junta promotora.
Desde el justicialismo es conocido que la actual diputada Ayelén Spósito del Movimiento Evita y Ana Marks de La Cámpora, ambas reconocieron que buscan encabezar la nómina, pero como comúnmente sucede, aparecieron otros nombres: los legisladores José Luis Berros, Marcelo Mango, Luis Albrieu y Facundo Montecino Odarda, también dijeron que quieren ser cabeza de lista. En estos días se sumó Julieta Wallace, la edil de Bariloche, quien ya se lanzó apoyada por diferentes agrupaciones de la ciudad lacustre.
Tanto en el FDT y JxC, sus líderes nacionales, tendrán incidencia en las candidaturas de los futuros postulantes en la provincia.
Durante quince años el peronismo sanantoniense se impuso en las nacionales intermedias, es un dato insoslayable. En el año 2005 el circuito atlántico fue uno de los pocos que ganó el peronismo y desde ahí, hasta el 2017, hubo triunfos consecutivos.
También hubo un período de absolutas victorias del denominado FPV por diez años, hasta que Adrián Casadei, derrotó a Jorge López con corte de boleta, que no es un dato menor.
Justamente Casadei deberá trabajar mucho para estas elecciones y que en su distrito triunfe Agustín Domingo, le costará al intendente posicionar un candidato desconocido para la gente local, deberá apelar a Mercedes Iberó quien fue directora del hospital “Aníbal Serra”, su impronta en el nosocomio local, la llevó a conducir el de Bariloche, lo encauzó en la desorganización, esto la catapultó a ser miembro del ministerio de Salud y posteriormente la cara visible de la pandemia, durante varios de esos días apareció con signos de agotamiento ante las cámaras, dónde enfrentaba al público, a la prensa y a sus detractores internos. Iberó es un plus muy importante para el intendente.
Casadei con Marcela Rossio deberán requerir mayor compromiso a la tropa “juntista”, porque como es sabido, hay miembros de su gabinete y del Concejo Deliberante, van a trabajar para otros partidos, esto es lo que pasa cuando hay una alianza heterogénea y que no está firme.
Para el Frente de Todos también es un desafío, ellos deben mantener la historia reciente de triunfos que venían sosteniendo. Salvo Ayelén Spósito, el resto de los postulantes son desconocidos.
También van a tener que militar, pero el problema de la pandemia, le va a recortar la salida barrio por barrio. Noale debe apuntalar el partido y convocar sin miramientos a todos. Los va a necesitar.
San Antonio Oeste, su ejido, tienen otra batalla electoral, esencial para las aspiraciones de varios. El triunfo de uno y la derrota del otro, será análisis posterior a las PASO, ahora, solo es tiempo de especulaciones.