Sigue un clima de incertidumbre y preocupación, por parte de los empleados de la pesquera Rio Salado que se reunieron en asamblea, tras la convocatoria realizada desde el gobierno. La cita tuvo lugar en medio de la espera de una crucial reunión en Viedma, convocada por el Ministerio de Trabajo, donde se busca encontrar una solución a la difícil situación que enfrentan los trabajadores.
Jorge Arriola, uno de los delegados, expresó su descontento ante la postura del empresario y la falta de respuesta a sus demandas. «Estamos mal, pasando por esta situación y el empresario en vez de hacerse responsable de lo que pasa, nos quiere hacer responsables a nosotros», afirmó Arriola, destacando la necesidad de apoyo gubernamental en este momento crucial.
Arriola también subrayó el apoyo que han recibido por parte de las autoridades provinciales. «La provincia nos apoya, no quiere la cooperativa, y eso es importante para nosotros», afirmó, enfatizando la importancia de mantener la integridad de la estructura laboral actual.
El empresario no se presentó en la reunión, enviando en su lugar a la abogada que carecía de poder de decisión. «Eso nos enoja mucho, queremos que dé la cara», declaró Arriola. Además, señaló que hay 27 despidos pendientes de indemnización y que el resto de los empleados, aunque siguen en planta, enfrentan dificultades debido a retrasos en el pago de aguinaldos y quincenas.
En cuanto a las medidas propuestas por el empresario, Arriola mencionó que se ofreció un monto mensual de 50 mil pesos para cubrir las indemnizaciones, pero esta oferta no brinda seguridad ya que aún hay pendientes en pagos anteriores. «No vemos voluntad realmente por parte del empresario, pero vamos a seguir en reunión, estamos en cuarto intermedio», declaró a INFO 4.
El aspecto más apremiante para los trabajadores es la ayuda económica que han tramitado a través de la subsecretaría de pesca y el intendente local. «Estamos a la espera de esa ayuda económica, así como también unos módulos de comida para la gente», indicó Arriola, aludiendo a la difícil situación que enfrentan muchos de sus compañeros.
El futuro es incierto para los trabajadores de Rio Salado, pero Arriola dejó en claro que, pese a las tensiones y frustraciones, están dispuestos a seguir negociando. «Veremos en la próxima reunión en Viedma, para ver qué sucederá», señaló. A pesar del malestar y la bronca que se ha acumulado, el respeto a la conciliación obligatoria es fundamental para el desarrollo de los acontecimientos.