En el inicio de la tan esperada temporada estival, un sector significativo de prestadores turísticos ha decidido desafiar la aplicación de la Ecotasa, generando un dilema para las autoridades locales y los viajeros que visitarán la región.
El Concejo Deliberante saliente no incluyó en su última sesión el artículo que impondría sanciones a aquellos prestadores que no exigieran el cobro de la Ecotasa. Esta omisión ha dejado a los prestadores sin obligación legal de implementar este impuesto, llevándolos a desistir de su aplicación.
La resistencia proviene principalmente de los extrahoteleros, quienes rechazan la decisión del ejecutivo de exigir la tasa correspondiente a los turistas y proporcionar un código QR para su efectivo pago. Argumentan que esta imposición afecta negativamente a su sector y expresan su descontento con la falta de consenso en la aprobación de la ordenanza.
Además, critican la última modificación de la ordenanza que establece que los prestadores deben exigir el pago del tributo en el momento del ingreso de los viajeros al alojamiento. Ante esta medida, los prestadores han anunciado su negativa a implementarla y sugieren que, en cambio, se deberá llamar a un número habilitado por el municipio para realizar el proceso de pago.
El método actual del impuesto, que se realiza a través de un código QR facilitado por el prestador, se mantendrá a lo largo de toda la temporada. Cabe destacar que este monto adicional deberá pagarse por separado y los valores vigentes se mantendrán inalterados durante todo el verano.
En respuesta a estas controversias, los prestadores afectados han manifestado su intención de elevar una queja formal contra la ordenanza, buscando una revisión de las disposiciones que consideran perjudiciales para su actividad y que podrían generar un impacto en la afluencia turística a la región.
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