En las últimas 48 horas, las autoridades municipales han sostenido reuniones para abordar la problemática que rodea a la ex fábrica Galme. Este tema también ha sido objeto de discusión en el Consejo de Seguridad local. El debate surge luego de lo sucedido el último domingo.
Desde el año 2018, cuando se inició un proceso de cierre de las aberturas por parte del gobierno de Luis Ojeda, seguido por trámites de expropiación durante la administración de Adrián Casadei y un intento de demolición entre 2020 y 2021, poco se ha avanzado en la resolución de la situación. En este contexto, la atención se centra en el secretario de Planificación, Oscar Echeverría, y el presidente del Concejo Deliberante, Daniel López.
Ambos funcionarios se han reunido para evaluar posibles medidas, siendo la demolición una de las principales opciones sobre la mesa. Sin embargo, uno de los mayores desafíos es la torre de agua, cuyas bases representan un peligro latente.
En cuanto a los métodos de demolición, un arquitecto consultado en el pasado sugirió dos enfoques: el uso de maquinaria especializada o la demolición manual por sectores. Ambas opciones conllevan costos significativos, por lo que se está considerando solicitar la asesoría del Ejército Argentino, conocido por su experiencia en este tipo de operaciones.
Mientras tanto, en el Consejo de Seguridad, aunque se han planteado diversas ideas, aún no se ha llegado a una decisión concreta. Sin embargo, se ha solicitado al gobierno municipal que tome medidas para eliminar o reutilizar de alguna manera el sitio abandonado.
Desde su cese como una fábrica emblemática de San Antonio hasta la actualidad, la ex Galme ha sido testigo de varios incidentes trágicos. La espera por una resolución definitiva por parte de las autoridades continúa, mientras la comunidad aguarda expectante y exigente.