Una Argentina en llamas se inunda arrastrando a 1/3 del territorio y a la mayor parte de la superficie en producción al desastre. Frente a un costo anual total promedio de 50 años del 0,7% del PBI, los gastos presupuestados en relación con la salud ambiental de la Argentina apenas representaron un 0,18% del PBI, mientras que los gastos en gestión de recursos y desastres naturales (inundaciones) totalizaron sólo el 0,08% del PBI durante el mismo lapso. Las pérdidas de infraestructuras, ganado, viviendas o la reducción de cosechas en cerca de 6 millones de Toneladas durante el presente ciclo agrícola, muestran una vez más, la supremacía de la biología por sobre la política.
La mitad de la población que vive en ciudades y que en 2050 alcanzará al 70% en conjunto con los medios de comunicación locales, han relegado a los fenómenos climáticos al seguimiento del pronóstico para la programación de sus tiempos de ocio. Los diarios europeos, en cambio, informan que ofertar un kilo de carne de cordero insume 100 veces más dióxido de carbono que un kilo de naranjas, convocando a priorizar los consumos por su contribución al “efecto invernadero” medido en términos de “huella de carbono”, futura barrera para-arancelaria a nuestras exportaciones.
Las restricciones para realizar cambios afloran desde distintos ángulos. En la Argentina se gradúan 300 ingenieros cada 1.000 abogados, mientras que en Chile los ingenieros graduados anualmente duplican a quienes se reciben en Derecho. En 2010 sobre 6.000 ingenieros que se graduaron en las universidades estatales argentinas apenas 15 eran ingenieros hidráulicos, 24 en petróleo, 13 nucleares, 8 ambientales y 35 ingenieros forestales
El Comité Interministerial de Cambio Climático del Ejecutivo Nacional tardíamente constituido en 2016 en medio de las inundaciones de 9 provincias, continúa sin disponer de modelos de simulación predictivos de afectación, y sin poder realizar pronósticos al no incluir en su composición al Servicio Meteorológico Nacional, único organismo estatal especializado.
Singulares en Latinoamérica no disponemos aún de un Plan Hídrico Nacional. La creciente variabilidad climática de nuestro extenso país y la multiplicidad de producciones muestra la conveniencia de la generalización de seguros multiriesgo los que al momento no ha superado como opción las ganancias sin riesgo y sin impuestos de que dispone la actividad financiera en la Argentina
Brasil ha desarrollado bases de datos de control de daños o alertas tempranas efectivas articulando la información de los distintos niveles jurisdiccionales desarticuladas en nuestro territorio pese a los ingentes presupuestos asignados a los satélites meteorológicos ARSAT y a los sistemas de monitoreo en las cuencas. El INTA Anguil tiene un radar Dopler que monitorea las nubes e indica el lugar en el que habrá rayos. La Secretaría de Agricultura trabaja en un índice verde analizando fotografías satelitales del terreno, con una precisión de 5 m2, lo que permite conocer el crecimiento de los pastos en las distintas áreas incluidas las boscosas. Con este tipo de información, los productores pueden prever donde habrá fuego con precisión de medio día. La coordinación sistematización y difusión eficiente de las citadas informaciones aparece vacante.
A lo largo de los últimos 50 años, las precipitaciones anuales aumentaron un 3,5% por década, mientras que los eventos de precipitaciones intensas lo hicieron un 1,7% en un lapso de cada diez años. Estos guarismos son claramente insuficientes para explicar la magnitud de las inundaciones que afrontamos. Contribuyen de modo decisivo al fenómeno el afloramiento de napas derivado del agotamiento del monocultivo sojero, la desforestación, el incumplimiento del ordenamiento territorial y urbanístico, que ya ha sumergido pueblos y regiones enteras, sin perspectivas de mejora.
Las inundaciones son fenómenos naturales pero la actividad humana está aumentando la probabilidad de que se produzcan y su impacto. La Argentina está entre los 10 países del mundo que más ha desforestado durante los últimos 25 años. El incumplimiento flagrante de las leyes de Suelos, de talas, los canales ilegales que se aprecian en las fotografías aéreas de acceso público desde internet y la edificación sobre humedales y reservorios, ha sido ignorado por todas las autoridades responsables de su fiscalización,
El Gobierno Nacional destinó menos de 1/3 de lo recaudado para prevenir inundaciones por el Fondo Hídrico 2016 reasignando las partidas presupuestadas a otras finalidades.
La Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Litoral ha establecido que los suelos del Centro de la Provincia de Santa Fé han perdido el 40% de su capacidad productiva y no cierran su balance de materia orgánica, afectando de manera decisiva su fertilidad, El INTA Marcos Juárez y otras instituciones han arribado a conclusiones similares sobre la impostergable necesidad de rotar y diversificar el modelo productivo.
Se ha profundizado la tendencia de secular crecimiento de los incendios patagónicos, hasta alcanzar cifras inéditas de afectación poniendo de manifiesto la precariedad de la planificación y gestión de los escasos medios físicos y organizativos disponibles. Del exiguo presupuesto nacional para prevenirlos se había ejecutado menos de la mitad, mientras que Río Negro solo ejecutó el 6% de los asignados en su presupuesto provincial,
El 95% de los incendios forestales en la Argentina se debe a la intervención humana y la mitad de estos es intencional. Sin embargo, no hay ningún detenido o investigación conocida, no han trascendido multas por la ausencia de los obligatorios Planes de Ordenamiento Predial, la quema de residuos en basurales a cielo abierto de jurisdicción Municipal, la falta de mantenimiento de las banquinas por parte de Vialidad Nacional y Provincial, ni investigaciones sobre acciones criminales tendientes a mejorar las condiciones de compra de ganado o lotes, mediante incendios.
Mientras en Uruguay hasta los reclusos participan en tareas rentadas para la prevención de los incendios forestales realizando tareas de poda y mejoramiento de zonas de alto riesgo, en la Argentina se perpetúa la falta de respuestas coordinadas con acuerdos interjurisdiccionales y con entrenamiento conjunto de bomberos y Defensa Civil. Pese a la persistencia del problema aún no se han prohibido el uso de pirotecnia, ni activado adecuadamente la realización de contrafuegos y picadas que habiliten el paso de las autobombas, ni activado la licitación de compra de helicópteros para las zonas alejadas de los aeropuertos.
Tampoco se han informado las medidas de remediación previstas para evitar el aumento de la erosión, de las plagas, de inundaciones y contaminación de napas/cursos de agua con cenizas, adoptadas o por adoptar sobre las superficies quemadas
Las místicas declaraciones bíblicas del Ministro de Ambiente Sergio Bergman nos remontan a Moisés rezando pasivamente ante la “zarza ardiendo” o valorando las dramáticas circunstancias como una plaga bíblica que nos enseñará a acli-matarnos, han superado la capacidad de asombro y ocasionado su oportuna retractación. Si hubiera leído a Cicerón sabrían que no necesitaba mentir, acusar o predicar, en una tragedia los ciudadanos se aferran al poder constituido por mero instinto de conservación o salvación.
Ex Auditor Principal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria INTA. @JavierGGuerrero