Adiós querido «bocho» Izco





Pintor de paisajes y de barcos, de viejas casonas, de calles urbanas de un Antonio Oeste que se fue para siempre.

Artesano minucioso de barcos que no saben de encallar porque parecen hacerse a la mar, la mar hermosa y azul del Golfo San Matías.

Artista y padre de artistas, ojo minucioso y avizor registrando la pequeña historia de la aldea, con sus trenes aguateros, su puerto de ultramar, sus locomotoras y los obreros del riel que la forjaron a sangre y fuego; porque así nació San Antonio. Y así solía pintar sus rincones mi amigo el Bocho Izco. Con sus barcazas olvidadas en el viejo muelle de gomas, con el famoso “arbolito de Salas”, con sus casas de chapas, con los viejos comercios de ramos generales, con los sufridos trenes cuyos vagones ya trajinados han devenido en pintorescas viviendas, con el olvido y la herrumbre de alguna vieja tapera, con los rebaños de blancas ovejas, verdaderos daguerrotipos, recuerdos del pueblo chico. Postales que recrearon las manos del artista para hacerlas obras de arte, para que perduren en el tiempo y la memoria de todos los vecinos.

A veces en mi casa de Valcheta recibía los regalos que el Bocho me enviaba gentilmente: acuarelas, bellas pinceladas, paisajes, que yo emocionado atesoro junto a mis libros, mis artesanías y las cosas simples que me hacen un hombre feliz.

Supe retribuir tanta gentileza con un poema donde simplemente digo:

“Las nostalgias por las cosas/ que se quieren perpetuar/ en las manos del artista/ se niegan a naufragar.  Los barcos de San Antonio/ con paciencia y habilidad/ ponen proa a los recuerdos/ y no quieren encallar.  ‘Qué maravilla sus manos/ como veleros al mar! / El puerto de San Antonio/ de pesqueros y ultramar.  ¡Qué trabajo de aventuras/ testimonia su crear! / Historia de las viejas naves/ ahítas de tanto andar.  Sirenas y barcarolas/ despiertan con su pitar/ y tal vez de sus vitrinas/ tienen ansias de zarpar.  La pasión del artesano/ nos invita a navegar/ y yo viajo con sus barcos/ sin moverme del lugar”.

Que descanses en paz, querido amigo.

Jorge Castañeda (Escritor – Valcheta)

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