Apocalípticos y Esperanzados (carta de lectores)

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A casi un mes del cierre de la temporada, que seguramente será para Semana Santa, podemos esbozar una opinión sobre este tiempo transcurrido. Cabe aclarar que no soy comerciante ni tengo departamentos para alquilar, lo hago como vecina despojada de intereses económicos.

Hace tres meses presenciamos acalorados debates (generalmente a la distancia) entre quienes pronosticaban una temporada con miles de contagiados y muertos por doquier, y quienes ponderaron la actividad turística como motor del desarrollo económico.

La vieja frase de la “industria sin chimenea” cobró fuerza, aunque no se la citara, y la temporada se abrió gracias a las autoridades y a quienes apostaron al compromiso y a la responsabilidad de los prestadores de servicios y de los veraneantes en general. Desde el principio supimos que el hospital modular no estaría terminado antes de marzo/abril.

Seguramente habrá quienes evalúen positivamente el flujo de recursos económicos, y tal vez haya quienes no se sientan satisfechos con ello, lo que no podemos negar es que la zona en general se vio favorecida con la temporada estival.

Es posible que la transmisión en vivo en los medios de comunicación nacionales del fenómeno acontecido en diciembre (eclipse solar) como el recorrido por las playas de nuestro golfo haya sido, efectivamente, publicidad directa de nuestros recursos naturales. Los pocos días que fuimos a la zona del Puerto de San Antonio Este, pudimos apreciar miles de autos (también casillas y motorhome) en toda la costa.

Definitivamente reafirmo la idea tantas veces expresada, “quien viene una vez vuelve siempre”. El desafío que se viene es muy importante, cómo dotar de servicios y controles para que la zona no sufra el impacto de la afluencia anualmente.

Celebro que no haya colapsado el servicio de salud y que no tengamos que pagar “una panzada de juicios” a quienes pronosticaban el peor escenario. La especulación negativa y la manipulación a través del miedo, genera el caos y predispone a las personas al sufrimiento de angustia y depresión. Vale aclarar que la falta de trabajo también es generadora de pobreza y de enfermedades múltiples.

Agradezco a Dios que TODO haya transcurrido dentro de los parámetros “normales”. Que miles y miles de visitantes hayan disfrutado de ESTE LUGAR que NOS LLENA DE AMOR Y BELLEZA, cargándonos de ENERGÍA POSITIVA PARA VIVIR EN ARMONÍA CON EL UNIVERSO.

Aída Irma Verbeke – Las Grutas

 


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