Algunos políticos (no todos, porque nunca es justo generalizar) viven en otra realidad. Como ellos cobran suntuosos honorarios para representarnos a los pobres ciudadanos de a pie, pierden toda contacto con la realidad de todos los días. Claro, como andan en autos de alta gama del Estado no cargan combustible ni les importan los aumentos que los infelices mortales sentimos en nuestros bolsillos.
Hoy tener un vehículo es un lujo. Ponen leyes restrictivas por el COVID 19, pero nunca para ellos. Los colectivos, única forma de desplazarse de los nadie, no circulan.
Así estamos: funcionarios que no funcionan y lo que saben es aumentar en forma totalmente desproporcionada los impuestos. Que son verdaderamente impagables. ¿Cómo podrán pagarlos los afectados por las restricciones impuestas a tontas y a locas?
Hoy quieren cobrar hasta por el aire que respiramos porque nada les alcanza para cubrir sus gastos.
Nunca podrán entender que para reactivar la economía y el consumo (todo lo termina pagando el consumidor final) en vez de aumenta abran fábricas y den trabajo.
En cambio, después de un año atroz con vistas a continuar, con estas medidas solo agregan pesar a los pesares.
Cualquiera sea el color político de estos gobernantes para ellos la única solución es aumentar los impuestos, lejos los más caros del mundo con el agravante que nunca han vuelto en obras. En síntesis, si no hay bienestar general, la política es solamente una triste mascarada.
Jorge Castañeda – DNI 8.569.045 (Valcheta)
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