Las aves playeras son una asombrosa colección de picos y patas, mudas y rabadillas, rarezas y hazañas. Están entre los más increíbles atletas de la naturaleza, algunos hacen vuelos de varios días sin parar para llegar a sus zonas de invernada, alimentación o de cría. Mientras que a menudo se las espera para ser censadas o contempladas, ciertas especies son sorprendente por sus características, algunas son muy pequeñas, se las puede observar durante unos pocos meses, entre marzo que arriban y junio, pero ya con reducidas bandadas.
En la semana del ambiente, recordando que las costas de San Antonio y Las Grutas forman parte de la Red Hemisferica de reservas para aves playeras (RHRAP); cada año son visitadas por chorlos y playeros en grupos de cientos de miles que migran de polo Norte al polo Sur. A este altura del año quedan muy pocas especies terminando de alimentarse y otras ya emprendieron viaje. Pero siempre que se pueden llegar a ver, suelen crear un espectáculo excepcional para los observadores de aves.
Entre las más esperadas de las aves suelen son los playeros rojizos (calidris canutus rufa) que regresan de Tierra del fuego a fines de febrero, uno de ellos -el B95- se ha convertido en una celebridad por haber superado en vuelos la distancia que hay entre la Tierra y la Luna.
Estas características hacen que sean varios los sitios críticos con necesidades de conservación. La migración exitosa de una bandada depende de tan solo cuatro a seis paradas para su alimentación y descanso, llegando a volar hasta 8 días sin parar, enfrentando condiciones meteorológicas muy hostiles, utilizando en sus vuelos como guías: las estrellas, el sol y el campo magnético terrestre.
Si bien, la Reserva Natural Área Protegida Bahía de San Antonio, es un área protegida que va desde la Baliza San Matías hacia el oeste hasta el paraje El Sótano incluyendo la totalidad de la Bahía de San Antonio y abarca el espacio comprendido entre la línea de más baja marea hasta 50 metros por encima de la mayor pleamar (Ley Nº 2670/93, Artículo 3º). Sus objetivos son: proteger y conservar los ambientes de qué dependen las localidades reproductivas, de descanso y alimentación de diversas aves, tanto residentes como migratorias.
Ante esto se debe recordar que está prohibida circulación con vehículos por la playa y médanos por encontrarnos dentro del Área Natural Protegida Bahía de San Antonio (ANPBSA). La circulación está prohibida por toda la línea de costa del ANPBSA y a esto se debe recordar los puntos críticos de descanso, alimentación y nidificación de las aves migratorias y las residentes, que son desde Terraza al Mar hasta Los Álamos (Oasis); sector de la Mar Grande; Punta Villarino (mirador sur). En esta época crítica, se siguen visualizando reducidas bandadas de aves migratorias descansando o alimentándose y perturbar ese momento, genera un gran impacto a la especie.
Y aprovechando las salidas recreativas como de esparcimiento, se pueden observar Aves en libertad sin acercarse demasiado desde la línea de médano como forma educativa y respetuosa, con ellas y el ambiente. La contemplación de la naturaleza puede verse reflejada a través de la fotografía, el arte o como actividad inclusiva social para todas las edades.