En la política argentina, los cambios de postura y alianzas son moneda corriente. Sin embargo, hay algunos que sorprenden por la magnitud de la transformación. Tal es el caso de Patricia Bulrich, ex montonera y hoy referente de la mayoría de los integrantes del PRO y algunos de la UCR en San Antonio Oeste y Las Grutas.
Bulrich, conocida en su época de militancia como la ex comandante «Carolina Serrano», ha logrado aglutinar a una gran parte de la oposición al justicialismo y el provincialismo en estas tierras de la costa atlántica rionegrina. Apoyada por Juan Martín, legislador que aparentemente retiene el mayor segmento de los «cambiemistas» en Río Negro, se posiciona como una figura influyente en los locales.
Recientemente, la ex candidata a intendente Marilina Cardelli, el concejal Matías Rodríguez y el ex libertario y candidato a legislador Erik Neumivakin, entre otros, se sumaron a su campaña en la interna. Estos apoyos demuestran el respaldo que Bulrich ha obtenido por estos lados.
No obstante, también hay una fracción que se inclina hacia el otro líder del PRO, el «ex cavallista» Horacio Rodríguez Larreta. Se trata de radicales y miembros del ARI que respaldan a Brusa, quien visitó la zona recientemente. Estos grupos políticos encuentran en Rodríguez Larreta una figura que representa sus intereses y visiones.
En contraste, Martín Soria, en soledad, realizó su paso por la región. No fue acompañado por ningún representante de la Unidad Básica o del justicialismo local. Aunque no consultó sobre el problema interno que ocurre, manifestó a los periodistas presentes que era consciente de la situación.
Es interesante notar cómo ha cambiado el panorama político en la región. En tiempos pasados, Soria era recibido con cánticos y bombos, mientras que ahora su visita pasa prácticamente inadvertida.
La realidad política ha evolucionado y la gente se enfoca en otras problemáticas que afectan directamente su día a día.
Es comprensible que la comunidad se muestre desencantada con los diputados nacionales. Los representantes de la cámara baja parecen distantes de las realidades y necesidades de la región. A pesar de que se han sucedido las visitas de tres candidatos a diputado nacional, su paso por el ejido sanantoniense ha pasado desapercibido.
La falta de aportes concretos y la aparente falta de incidencia en la realidad de los ciudadanos han generado un escepticismo palpable en la sociedad. La gente observa, conoce y analiza a los representantes políticos, evaluando su capacidad para generar cambios tangibles en su comunidad.
El caso de Di Giacomo (JSRN), quien busca su reelección, es un ejemplo claro de esta situación. Aunque tiene proyectos relacionados con el reembolso de puertos patagónicos y la potenciación de la terminal portuaria rionegrina, estos aspectos no abordan las necesidades más acuciantes de la región, como la crisis pesquera o la mejora en la conectividad para fomentar el turismo.
A medida que se acercan las elecciones, se espera que la participación no sea especialmente alta. Sin embargo, el factor determinante para los rionegrinos será la lucha a nivel nacional y las candidaturas a presidente. Esto relega la influencia de los candidatos a diputados nacionales, lo cual debería ser al revés.
Es importante reflexionar sobre el papel de los diputados nacionales y su capacidad de representar y atender las necesidades de la ciudadanía. La política no debería ser solo un juego de alianzas y disputas de poder, sino un instrumento para generar un impacto positivo en la vida de las personas. Los votantes deben evaluar cuidadosamente a los candidatos y exigir una mayor responsabilidad y compromiso por parte de quienes buscan representarlos en el Congreso.
Es crucial para los ciudadanos que los postulantes no pierdan de vista su verdadero compromiso con la realidad de la región atlántica rionegrina. La política que pregonan debe ser un medio para generar cambios tangibles y mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos y no solo aparecer en campaña, cada cuatro años. (Carlos Aguilar, editor)