El conflicto entre el gobierno y UNTER no tendrá arreglo, al menos hasta después de las elecciones del 16 de abril. Se abre una semana completa sin clases por el paro de 72 horas y los feriados de Semana Santa.
Hay tirantez al máximo, el gremio no va a ceder, tampoco va a resolver su propia interna, incluso los últimos comunicados de la Unter están cargados de política. Así no hay solución posible. Probablemente las medidas de fuerzas seguirán, lo votarán en el próximo Congreso, el cual rechazarán las propuestas paritarias.
También se le sumó estos días al oficialismo gobernante las protestas policiales y de los afiliados a ASSPUR, estos últimos anunciaron dos días de protestas.
Lógicamente el contexto para JSRN no termina siendo favorable, aunque desde ATE y UPCN el sosiego se sostiene, ambos acaparan la mayor cantidad de estatales, justamente ambos gremios significaron el nuevo llamado a paritarias y el cumplimiento del pago de salarios en tiempo y forma.
La economía y el problema de la inflación, la desocupación, la inseguridad, los índices de pobreza ocupa la agenda de los medios masivos de comunicación. La gente, acodada en las cadenas de noticias, observan el devenir cotidiano y solo comentan sobre esos temas que afectan el diario vivir.
Es por eso que no hay grandes flashes constante de campaña, sucede en todo el territorio provincial, como también en San Antonio Oeste.
En muchos casos aparecieron propuestas, algunas repetitivas, como si se copiaran los proyectos, con palabras diferentes, pero todas las vertientes que pugnan por la intendencia, arremeten contra JSRN, según señalan, es el rival a vencer.
El obvio que bajar al oficialismo nunca es sencillo, incluso al propio Casadei le costó en la última elección, destronar al Frente de Todos, lo superó solo por dos mil votos.
Pero la contienda en ese momento era más polarizada y no tan dispersa como acontece en esta del 2023. Hoy son ocho los rivales, quienes se repartirán no más de dieciséis mil votos, este número, como lo venimos anticipando, es por la apatía que existe en el ciudadano hacia los políticos.
Todo indica que tendremos disminución de concurrencia a las urnas. El alto número de indecisos es una constante en las encuestas que avalan la hipótesis: al inicio del mes pre electoral, denota el enojo con la política es grande y es un momento difícil para que los dirigentes generen simpatías. Las redes sociales son una caja de resonancia de lo expresado.
Quien va a ir a las urnas ya tiene decidido, a esta altura de los tiempos, a quien votar. Probablemente estas dos últimas semanas de proselitismo, los postulantes deberían apuntar sus coloquios y ofertas hacia aquellos que aún no decidieron o bien no ven viable concurrir a las urnas. Quizás los convenzan.
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