Río Negro observará al 2026 como el año del armado político de las distintas fuerzas que buscarán confluir en la imagen de sus principales postulantes, de cara a la elección provincial prevista —si se mantiene el calendario habitual— para fines de abril o principios de mayo de 2027, siempre separada de las elecciones nacionales.
Más allá de las encuestas que hoy circulan, muchas de ellas elaboradas a partir de bots de inteligencia artificial que miden comentarios o reacciones en redes sociales para construir promedios de imagen, el verdadero interrogante será cómo llegarán los gobiernos a esas fechas. En función de ese desempeño se podrá evaluar si existe margen real para disputar el poder a Alberto Weretilneck. La imagen, por sí sola, no alcanza.
Hubo poco análisis profundo sobre lo ocurrido en octubre. Juntos Somos Río Negro no realizó un diagnóstico amplio y hoy muestra algunos frentes internos abiertos, entre ellos la relación con el vicegobernador, quien cada tanto deja mensajes encubiertos en sus escritos. Incluso, en una reciente reunión de gabinete, no fue convocado, un dato que no pasó desapercibido.
En lo inmediato, el debate girará en torno al presupuesto provincial, donde el rol de los aliados legislativos será clave. Todo indica que tanto el presupuesto como las normas impositivas obtendrán su aprobación, aunque no sin tensiones.
En el plano local, el presupuesto municipal de San Antonio Oeste logró la mayoría especial necesaria sin un debate de alto voltaje, aunque sí se expusieron algunos argumentos y cuestionamientos puntuales. Se estima que el municipio, junto a sus dos delegaciones, administrará alrededor de 27 mil millones de pesos. De ese total, unos 20 mil millones corresponderán a erogaciones corrientes, donde los salarios representan aproximadamente 15 mil millones, es decir, cerca del 70%. El resto se destinará a otros gastos operativos. Las erogaciones de capital superarán los 6 mil millones de pesos.
Un dato llamativo es que, para compensar estas erogaciones, el mayor ingreso de recursos de capital provendría de la venta de tierras, con una estimación cercana a los 1.400 millones de pesos, una cifra significativa. Lo más relevante es que el presupuesto no contempla aportes del gobierno nacional.
Dentro de este esquema, Las Grutas concentrará casi 9 mil millones de pesos en recursos, mientras que San Antonio Este contará con alrededor de 800 millones.
Cabe recordar que el presupuesto del año pasado alcanzaba los 15 mil millones de pesos, una cifra que hoy equivale prácticamente al total destinado a salarios. El crecimiento interanual del presupuesto ronda el 60%, en un contexto donde la inflación anual fue del 32%, mientras que la masa salarial se incrementó cerca del 50%.
El dato final no es menor: la política comienza a mirar más allá de la coyuntura y los números empiezan a marcar límites concretos. En un escenario donde los recursos son finitos y las expectativas electorales crecen, la gestión —provincial y municipal— será el principal activo o el mayor lastre de cara a 2027. Porque, al final del camino, no habrá relato ni estrategia que pueda sostenerse si la realidad no acompaña.


