En tan solo veinte días, Argentina se enfrentará a un decisivo proceso electoral que determinará el rumbo del país en los próximos años. Las elecciones generales del 22 de octubre han generado una intensa efervescencia política, marcada por una serie de especulaciones y posicionamientos que reflejan la diversidad de opiniones y estrategias que rodean este crucial evento democrático.
Uno de los elementos más destacados de esta contienda es la incertidumbre que ha generado la figura de Javier Milei. Su discurso liberal y desafiante ha sacudido el tablero político argentino, provocando reacciones diversas en la clase política. Este temor a una posible sorpresa en las urnas ha llevado a algunos líderes a reevaluar sus estrategias y alianzas.
Uno de los casos más notorios en este sentido es el del senador Alberto Weretilneck, quien ha decidido posicionarse públicamente de cara a una eventual segunda vuelta presidencial. «Si las opciones son Milei y Massa, no tengo ninguna duda, votaré a Massa», afirmó Weretilneck, dejando en claro su apoyo al candidato de Unión por la Patria. Este gesto se suma a su voto favorable en la reciente semana en la quita del impuesto a las ganancias promovida por el ministro candidato.
El sábado, Weretilneck se reunió con su equipo y previamente con intendentes, con la premisa de recuperar al electorado. La consigna es clara: lograr que Luis Di Giacomo ocupe uno de los tres lugares en la cámara baja. Sin embargo, las declaraciones sobre Massa no es compartida por todos los seguidores del gobernador electo, como se evidenció en San Antonio Oeste, donde muchos no estaban al tanto del respaldo y se niegan incluso a llevar la boleta de JSRN junto a la del presidenciable.
En medio de este escenario, Fabrio Mirano fue el representante del «peronismo verde» en esa reunión, fue recibido con prejuicios por un sector. La presencia del concejal electo fue ulterior a una iniciativa convocante en la calle Peirano, un sector liderado por el ex intendente Javier Iud y el legislador Luis Noale. La política siempre demuestra su flexibilidad y constante cambio de rumbos, con caminos divergentes, lo que refleja la complejidad de la situación.
Sin embargo, dentro de la reunión de JSRN, las críticas se hacen cada vez más audibles debido a que algunos miembros del gabinete fiscalizaron para Cambia Río Negro en lugar de hacerlo para el oficialismo. Esto podría convertirse en un punto de posterior discordia si Luis Di Giacomo enfrenta una derrota en las elecciones generales.
Igualmente es conocido que, a nivel provincial, la división en Juntos por el Cambio también se hace sentir en San Antonio, donde los recelos y diferencias son evidentes. Las fotografías con candidatos podrían ser en este ejido, bastantes escasas.
Por su parte, el peronismo, encabezado por Martín Soria, se muestra unido y enfocado en la tarea de contener a su electorado tradicional. La Unidad Básica se ha convocado para apoyar al justicialismo, mientras que las divisiones internas en otros sectores continúan generando incertidumbre.
En este complejo escenario electoral, la única simbiosis que somos testigos es la de Weretilneck con Massa, a pesar de que muchos de sus ex correligionarios se sientan incómodos con esta alianza. Cabe mencionarles que en algún momento Miguel Saiz apoyó a Cristina y Néstor Kirchner en nombre de la concertación.
Lamentablemente muchos se olvidan del pasado inmediato, ese que no quieren soltar, pero tampoco reconocer. (Carlos Aguilar, editor)